Reconocer que todo lo que somos y tenemos es un regalo de Dios, nos lleva a vivir en gratitud y a honrarlo en todo momento. Pero, ¿cómo podemos darle toda la gloria a Dios?

Primero: Debemos reconocer que Él es nuestro creador y sustentador, por lo que debemos buscar siempre su voluntad en nuestras vidas.

Segundo: Debemos reconocer que todo lo que hacemos debe ser para su gloria y no para la nuestra. Nuestras habilidades, dones y talentos deben ser usados para servir a los demás y para mostrar el amor de Dios al mundo.

Tercero: Debemos reconocer que dar toda la gloria de Dios no es algo que hacemos de vez en cuando, sino que es una actitud constante en nuestra vida diaria. Al honrar a Dios en todo lo que hacemos, estamos demostrando nuestra gratitud y amor por Él, y estamos llevando su luz y amor al mundo.

Oremos juntos así: