«Padre celestial, hoy me acerco a ti en oración para pedirte que sanes las heridas de mi pasado. Sé que he cargado con el dolor y el resentimiento durante mucho tiempo, y ahora me doy cuenta de que solo tú puedes curar mi corazón y darme la fuerza para comenzar de nuevo. Ayúdame a dejar atrás todo lo que me ha herido y permitir que tu amor y tu gracia me llenen de paz y alegría. Que tu Espíritu Santo me guíe en este nuevo camino y me ayude a vivir una vida plena y abundante en ti. En el nombre de Jesús. Amén».