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CRISIS DE IDENTIDAD ¡SOLUCIÓNALO!
¿Quién es esa persona que te mira sorprendida cada vez que te miras al espejo? ¿Quién es ese que te mira en los ojos y aun así parece ser un completo extraño? ¿Conoces realmente a esa persona? Si tú no puedes contestar a esta pregunta con un buen grado de confianza, entonces puede que estés encaminándote a una crisis de identidad, así que tal vez unas cuantas directrices te podrán ser de ayuda.
Tu identidad es principalmente la combinación de tres factores, la sensación de haber tenido una medida de éxito en el pasado, mas una satisfacción con la situación del presente de tu vida, |
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pero también es necesario añadir la dimensión de metas interesantes a alcanzar en el futuro. Esto te da una cierta conciencia de tu propio valor verdadero, esto es, una valoración sobria del carácter que has formado al enfrentar las desafiantes circunstancias de la vida.
Normalmente este desarrollo debería formarse en el hogar donde una disciplina amorosa y unas firmes directrices dan seguridad y al mismo tiempo ponen los fundamentos para una de las más preciosas leyes de la vida, principalmente ¡la autodisciplina!
El hogar debería ser el lugar donde a un niño no solo le es dada la libertad para desarrollar su propia identidad singular, sino que también le es enseñada la responsabilidad de no tomarse libertades que priven a otros de las suyas. Aprender a ser considerados con las otras personas es otra ley de la vida que nos lleva al auto-enriquecimiento.
Desde aquí el niño progresará hasta la juventud, donde a pesar de todos los traumas de la adolescencia, tendría que desarrollarse un sentir de dirección en la vida. Si la disciplina del estudio y el trabajo duro para alcanzar esas metas son aceptados y aplicados con diligencia, el resultado no solo será un éxito, sino también el aprendizaje de otra ley de la vida: auto-motivación.
Mas tarde vendrá una creciente conciencia y aceptación del deseo sexual. Porque esta área de nuestra vida es vital, y afecta poderosamente a cada parte de nuestro ser. Dios ha dado instrucciones explicitas en el libro de proverbios acerca de sus consecuencias.
El fracaso en esta área no solo nos traerá el juicio de Dios y un complejo de culpabilidad que finalmente perjudicará nuestra salud. También uno de los menos conocidos, pero más desastrosos efectos es que degrada nuestro sentir interno de dignidad, mientras que el éxito traerá abundantes bendiciones, y una de ellas es un aumento de nuestra autoestima.
Si en el proceso del crecimiento una persona no aprende a dominar sus hábitos egoístas y a amar a otros, entonces el matrimonio, incluso con todo su romance, no evitará la cruel manifestación de la persona real bajo la superficie. Amar a otra persona y entregarte a ti mismo nunca es perder tu identidad, sino por el contrario es el encantamiento y enriquecimiento de tu verdadera propia estima.
El auto-engaño es el camino seguro para la auto-destrucción. El que engaña solo se engaña a si mismo con respecto a su propia estima. La persona que roba es la que mas pierde. El mentiroso rebaja su auto-estima y también se tilda de cobarde moral. El egoísmo nunca realza o ennoblece tu personalidad.
Este corroe insidiosamente tu integridad como persona. El que desciende a las profundidades de la lujuria perderá la habilidad de escalar a las alturas del amor humano. La honestidad no solamente es la mejor garantía para los negocios, es la única garantía en la vida que trae los beneficios de la dignidad. Culpar a otros cuando tu tienes la culpa es solamente rebajarse a si mismo delante de tus propios ojos. La integridad es una virtud preciosa de la vida pero la deshonestidad únicamente traerá la bancarrota moral.
Los patrones de la Escritura son el camino de Dios para la perfección, un camino abierto que te hace rodear los muchos obstáculos de la vida. Sus mandamientos son como montañas que deben desafiarte para subir fuera de la oscuridad y convertirte en alguien con un valor eterno.
Ningún cristiano necesita caer en una crisis de identidad porque su pasado presente y futuro está atado con el Hijo eterno de Dios. Al identificarnos con El nos traerá la preciosa conciencia de que nuestros días fueron determinados antes de que amaneciera el tiempo (Efesios 1:3-6). Que nuestras circunstancias presentes no solamente son el diseño de su soberanía sino que también están sujetas a su control amoroso (Romanos 8:28,29).
Por encima y mas allá de todo esto, está la seguridad amorosa de que nuestro futuro está seguro en El (Romanos 8:36-39).
Cada creyente debería estar contento con su propia individualidad ordenada por Dios y afirmado en el conocimiento de que es Una expresión única de El. Esto no es orgullo o presunción sino una evaluación espiritual madura de su verdadera persona. Cada cristiano debería de aspirar al lugar donde, como Jesús pueda ser capaz de decir, aunque en un grado menor, “el que me ha visto a mi ha visto” a Cristo.
Jacob es un clásico ejemplo de cómo Dios nunca se rinde con nadie, no importa cuan pervertidos puedan estar. El era un suplantador, de nombre y también de naturaleza, pero Dios sabia que tenia unos deseos profundamente arraigados de bendiciones espirituales. Dios vio su potencial para ser un príncipe, así que El espero pacientemente a que el yo suplantador de Jacob llegara al final de sus maquinaciones.
Todos somos como Jacob, todos hemos suplantado el patrón divino de vivir en total dependencia de Dios. Muchos de nosotros tenemos que ser puestos en situaciones dolorosas y vergonzosas para traernos al lugar en que aceptamos que en nuestro propio esfuerzo y que por medio de nuestras propias maquinaciones no podemos hacer nada (Juan 15:4,5).
El apóstol Pablo es nuestro ejemplo en el Nuevo Testamento de cómo Dios lleva implacablemente a su pueblo al síndrome de la desesperación de Romanos 7, porque hasta que no hemos sido cruelmente expuestos y obligados a reconocer que incluso como Cristianos, si continuamos viviendo en la carne (el yo), no solamente viviremos bajo condenación, sino que nunca llegaremos a conocer el deleite de encontrar nuestro verdadero yo (Romanos 8:1-4).
Encontrar paz con Dios y liberación de la culpabilidad de ser un pecador, trae libertad de nuestra primera condenación, pero la totalidad de nuestra salvación que trae paz con nosotros mismos solamente viene cuando conocemos la liberación de andar en la carne (el yo), y esto no es posible hasta que conocemos el secreto de la vida intercambiada (Galatás 2:20).
La propia estima es lo que tu consigues por medio de la abnegación, y a ningún hombre le es negada esta bendición, porque no importa la posición social y cultural todo hombre puede ser sincero consigo mismo.
Todos pueden aspirar a los limites de su integridad, pero benditos sobre todos los hombres son aquellos que se niegan así mismos y toman la cruz y siguen a Jesús (Mateo 16:24,25).
La próxima vez que te mires al espejo, deberás ser capaz de decir cuan confiadamente fuiste elegido para ser hijo de Dios, incluso antes de nacer era extremadamente precioso para Dios. He sido comprado por la sangre de su Hijo (Efesios 1:3-14). He sido recatado de la potestad de las tinieblas de Satanás y estoy seguro en el Reino de Jesús (Colosenses 1:13).
Puedes decirte: Incluso ahora mismo con todas mis faltas, debilidades y fracasos, mientras estoy en el proceso de “ser cambiado de un grado de gloria a otro” (2 Corintios 3:18).
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Seré paciente porque sé que El utilizará todas las cosas, tanto buenas como malas, para hacerme a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:28-30). Vendré a ser una expresión única de Dios. ¡Ve al espejo y dile esto ahora mismo!
Nuestro próximo capitulo te llevara mas a dentro aún de los preciosos secretos de esta salvación tan grande de Dios. A través de las generaciones estos secretos han estado escondidos hasta que Dios los ha revelado al apóstol Pablo (Colosenses 1:26). Ahora sabrás que todo esto es la manera que Dios tiene para recuperar la gloria que Adán perdió por la desobediencia. |
Capitulo 12 La búsqueda de los siglos
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