Para alcanzar la plenitud de las promesas de Dios, debemos quitar toda rebeldía que ocultamos en el corazón. Si quieres victoria, debes confiar en Dios y no en tu propia astucia. Amar a Dios es obedecerlo de corazón.
Audio:
En 1 Samuel 7:3 dice: “Entonces Samuel le dijo a todo el pueblo de Israel: «Si de todo corazón desean volver al Señor, desháganse de sus dioses ajenos y de las imágenes de Astoret. Dediquen su corazón al Señor y obedézcanlo solamente a él; entonces él los rescatará de los filisteos»”.
Muchas creyentes que están siendo desobedientes a lo que Dios quiere para sus vidas, intentan solucionar sus problemas espirituales con cosas materiales, desean liberarse de algo que pasa en sus vidas, que existe solo por persistir en la desobediencia a la palabra de Dios, creen que haciendo diferentes cosas con su habilidad, el problema terminará.
Pero Samuel le indicó al pueblo que si en verdad querían volver a Dios, debían deshacerse de los ídolos y falsos dioses. Estos falsos dioses son hoy, la confianza en cosas meramente humanas, son el amar pecados que no estamos dispuestos a borrar de nuestra vida. Debes volverte a Dios cada día, elegir a Jesús como la base de tus decisiones. Si en verdad quieres ser más que vencedor, no alcanza con intentar conformar a Dios con algún acto superficial, rinde y renuncia todo lo que te daña, todo aquello que sabes que debes renunciar y así el Señor te ayudará a cada paso.
Hagamos esta oración:
“Padre, hoy decido dejar de lado el amor a las cosas que me dañan, decido renunciar a las ataduras que me impiden avanzar. Desecho a los ídolos ocultos y decido resolver lo que no te agrada, lo creo y proclamo en el nombre de Jesús. Amén”
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