El apóstol San Pablo dijo “porque no me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación” Romanos 1:16
Hoy quiero hablarles como el poder de la palabra de Dios tiene la facultad de transformar naciones, imperios y llevar a una sociedad en decadencia al mayor resurgimiento de la historia.
AUDIO:
Los sociólogos e historiadores han tratado de descifrar el misterio por el cual los grandes imperios llegaron en forma abrupta a su fin. Todos comenzaron con grandes dificultades, rápidamente fueron alcanzando mayor predominio, inmediatamente tuvieron una época de máximo esplendor y luego en forma precipitada su decadencia y disolución. La conclusión más aceptada es que todos los imperios de la antigüedad; Asirio Babilónico, Griego y Romano, tuvieron antes de su caída una gran decadencia moral, cometiendo toda clase de excesos y entregándose a la lujuria y los placeres carnales. El imperio romano fue el imperio de mayor duración y la causa se debe a que la llegada del cristianismo trajo nuevos aires de renovación, y pureza revirtiendo así el ciclo destructivo y otorgando al imperio varios siglos más de vida. Este mismo fenómeno se repitió en la Edad Media, cuando los valores cristianos y la iglesia se encontraban en gran decadencia moral y espiritual, sumiendo a la Europa antigua en un caos de tinieblas y oscuridad. Después de la Reforma religiosa del siglo XVI, cuando el mensaje de la biblia comenzó a llegar a cada hogar a través de la creación de la imprenta y se empezaron a poner en práctica los preceptos divinos, hubo un cambio en la mentalidad colectiva. No es de sorprendernos que comenzara una era de crecimiento espiritual, cultural y económico denominado el Renacimiento, donde la humanidad salió de la más densa oscuridad para ingresar en una era de gran avance no solo en lo cultural sino también en todas las esferas de la vida.
El mensaje del evangelio de Jesús produce transformación. Si su palabra pudo cambiar naciones y reinos, que crees que le podría pasar a tu vida si comienzas a leerla y a ponerla en práctica, que ocurriría en tu familia, en tu ciudad, en el trabajo si junto a otras personas tomas este desafío, los resultados serán igual de sorprendentes. Leerla y practicar sus enseñanzas no es de religiosos, es de personas sabias, que quieren un cambio, una transformación, y quieren ver con sus ojos un futuro lleno de esperanza.