Reflexiones Cristianas de Amor Escritas

La Formula Para Traer Paz a Nuestra Vida

Por Mario Serrano

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4.8)

Que difícil resulta controlar nuestros pensamientos cuando estamos enfrentando situaciones difíciles. Muchas veces nuestro entendimiento es embotado por la ansiedad, y la necesidad urgente de salir de nuestros problemas. Se hace difícil hilar pensamientos coherentes y sabios que nos conduzcan a una solución inteligente y definitiva. Tal vez digas “no puedo pensar en otra cosa…las cosas que me suceden son terribles. Mira mis problemas, mi familia, mi salud, las deudas…”

Con seguridad Pablo también era invadido por este tipo de problemas y pensamientos. Le asaltaban pensamientos negativos de amigos y colaboradores que lo habían abandonado. Personas en quienes había confiado y lo defraudaron. Su cuerpo se sentía agotado por los grandes esfuerzos que realizaba para extender el evangelio.

Constantemente se encontraba en peligro y su futuro parecía incierto. Pero en vez de desanimarse el continuaba enfocado en sus metas y en el propósito de Dios para su vida. El poseía un secreto y comparte con nosotros la verdadera fórmula para triunfar sobre las circunstancias y los pensamientos negativos.

“En esto pensad”. Pensar y enfocar nuestros pensamientos en las cosas buenas de Dios, sus promesas, fidelidad, amor y todo aquello que sea de buen nombre, que posea virtud y sea digno de alabanza nos ayuda a calmar los nervios, a tener paz y recuperar el equilibrio perdido. Su sabio consejo nos ayuda hoy. Debemos meditar en aquello que nos eleva ya que la desesperación es la ausencia de esa paz que el Espíritu Santo da a nuestra mente.

Conozcamos el beneficio mental, físico, espiritual y emocional que produce el poner nuestros pensamientos en las cosas buenas del Señor.

Oración:

Amado Dios, levanto mis ojos hacia ti y alabo tu nombre. Elevo mis pensamientos a todo lo bueno y maravillosos que tú eres, pienso en las bendiciones que me has dado, en los milagros recibidos y en tu amor por mí. Gracias por enseñarme a pensar y a vivir feliz, invádeme con tu paz, en el nombre de Jesús, amen.

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