Devocionales

Oración por el éxito y protección de nuestros hijos con el salmo 127.

Te bendigo Señor, por ser el Hacedor de nuestra vida y nuestra familia, por llenarnos con tu amor y misericordia, por tus planes de prosperidad y paz, por bendecirnos con salud, por llenarnos de tu Espíritu Santo, para que nuestros corazones sean renovados en tu amor, por derramar tus dones en nosotros, para que inspirados por ti, construyamos tu reino en la tierra.

Por invitarnos constantemente con tu palabra y con el plan de Jesucristo, a transformar nuestras vidas, prometernos llenarlas de gozo, por adiestrar nuestras manos para extenderlas a quienes sufren, por enseñarnos palabras de aliento para consolar a nuestros hermanos, por formarnos para sostener a nuestro hermano cuando lo necesite.

Hoy, te pido: Danos sabiduría, para que actuemos con justicia en toda situación; colma de todos los bienes espirituales nuestros corazones, según sea tu voluntad y haznos más unidos a tu presencia. Háblanos directo al corazón, Señor, para que seamos dóciles a tu voluntad y para que no dudemos en ningún momento en la crianza y formación de nuestra descendencia, porque bien lo dice tu palabra en el salmo 127 3 al 5:

“Los hijos son una herencia del Señor,

 los frutos del vientre son una recompensa.

Como flechas en las manos del guerrero

son los hijos de la juventud.

Dichosos los que llenan su aljaba

 con esta clase de flechas.

No serán avergonzados por sus enemigos

 cuando litiguen con ellos en los tribunales”.

 

Hoy, Padre te pido que toques el corazón de todo hijo rebelde, para que comprenda que primero que sus padres terrenales estás Tú, y que se llenen de perdón si es que tienen alguna afrenta contra sus progenitores; que se pongan en lugar de ellos y comprendan que también pasaron por duras situaciones que los llevaron a cometer errores.

Te pido que sanes el corazón endurecido de todo hijo que se siente condenado por la sociedad, y busca excusas para atentar contra otros, revélate a sus vidas, y que puedan tener un encuentro personal contigo, Señor.

Dales el entendimiento para que comprendan tus promesas, porque como dicen los versos 1 y 2, en esta versión de la NVI

“Si el Señor no edifica la casa,

en vano se esfuerzan los albañiles.

Si el Señor no cuida la ciudad,

en vano hacen guardia los vigilantes.

En vano madrugan ustedes,

 y se acuestan muy tarde,

para comer un pan de fatigas,

 porque Dios concede el sueño a sus amados”.

 

Ayúdales a no sentir envidia de los malos, pero tampoco de los que luchan diariamente por cumplir sus sueños, desarraiga de ellos los espíritus que causan frustración y contienda; y enséñales que para todo hay un proceso, que, si ellos te entregan a Ti, el control y la confianza de sus vidas, podrán ser hombres y mujeres de éxito en la vida. Que en tu Salmo 139:5 dices:

“Detrás y delante me rodeaste,

Y sobre mí pusiste tu mano”.

Que son palabras cortas, pero de gran significado y especialmente de gran y contundente acción tuya sobre nosotros, que con esa palabra nos estás demostrando que cuando decides proteger a alguien cuyo corazón conoces, lo haces día y noche, hora tras hora, porque tu eres el único que puede juzgar al mundo, y sabes lo que verdaderamente hay en cada corazón.

Levanta más personas con dones paternales y maternales, para que cuiden a sus hijos, y a los hijos de obediencia, pon palabras sabias en sus bocas, para que transformen la vida de un joven cuando tengan cerca a uno que está desviado del camino.

Reprende tú, mismo el bullyng y la violencia juvenil, envía tus ángeles de reconciliación a sembrar amistad entre los más pequeños, para que cesen los ataques entre compañeros de escuela, la xenofobia, y el racismo, que surjan más jóvenes amadores de la verdad de Jesús, y más hacedores de tu palabra. En el nombre de Jesús, amén.

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