Comentarios Bíblicos

Oración y Devocional del Salmo 127 Completo en audio y texto

A continuación leeremos el Salmo 127 en la Nueva Versión Internacional. Luego haremos un comentario devocional y una oración final.

Salmos 127 Nueva Versión Internacional (NVI)

Cántico de los peregrinos. De Salomón.

127 Si el Señor no edifica la casa,
en vano se esfuerzan los albañiles.
Si el Señor no cuida la ciudad,
en vano hacen guardia los vigilantes.
2 En vano madrugan ustedes,
y se acuestan muy tarde,
para comer un pan de fatigas,
porque Dios concede el sueño a sus amados.

3 Los hijos son una herencia del Señor,
los frutos del vientre son una recompensa.
4 Como flechas en las manos del guerrero
son los hijos de la juventud.
5 Dichosos los que llenan su aljaba
con esta clase de flechas.[a]
No serán avergonzados por sus enemigos
cuando litiguen con ellos en los tribunales.

Ahora veremos un breve comentario devocional sobre el Salmo 127. Escrito por Esteban Correa

Versículo 1



La expresión: “Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los albañiles” se refiera a basar nuestra vida en la honra y comunión con Dios, de lo contrario, toda edificación de proyectos de familia, está expuesta a muchas situaciones de desmoronamiento y rotura. Jesús lo dijo de esta manera en la parábola del hombre prudente y el insensato en Mateo 7:23-25:

“Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca”.

El Señor hará de nuestra casa y familia un lugar de gozo duradero y seguro. La bendición de Dios es la que verdaderamente levanta y enriquece una familia. Cuando un matrimonio no pone a Dios como base, está como en arenas movedizas.

La inmoralidad, la falta de temor de Dios, la ausencia de fe y oración, hace que muchos matrimonios se derrumben y toda la familia sufra.

Dios es amor y no solo nos da amor, sino que lo renueva y lo aumenta con el paso de los años. Cuando Jesús es el centro de una casa, ese amor no se apaga, podrán venir conflictos o situaciones difíciles, pero la palabra de Dios es como un refugio seguro, obedecerla y tener fe, vence los obstáculos del mundo.

Tantos divorcios y problemas familiares de hoy en día, nos muestran lo necesitada que está la sociedad de conocer al único y verdadero Dios, que trae luz y amor a una familia, que rompe las cadenas de odio, división y angustia.

El Señor quiere edificar tu casa, familia, trabajo, noviazgo, matrimonio y todo tu futuro, por eso entrega todo en sus manos hoy, no confíes solamente en habilidades humanas, la verdadera bendición procede de Dios. Su favor es lo que nos da satisfacción en todas las cosas y nos proteje.

En muchas ciudades hay robos y violencia, estamos expuestos en todas partes del mundo a todo tipo de situaciones conflictivas en las calles, pero el Señor es quién guarda nuestra vida. Aunque es necesario tomar precauciones, para no dar ocasión al enemigo. No obstante, el cuidado de nuestra vida y pertenencias está en las manos de Dios, quién nos provee y nos protege más allá de lo que nosotros podamos entender o saber.

Versículo 2

Este texto es muy similar al verso anterior, nos muestra que por más que una persona se esfuerce sin cesar y haga todo con afán y ansiedad, aun así necesita la bendición de Dios y su favor para vivir pleno y feliz.

Los que quitan al Señor de sus vidas, no llevando una vida de fe y obediencia, aunque se esfuercen mucho, pueden tener pérdidas, desilusiones y quiebra. Por un tiempo pueden prosperar, pero su vida no está sobre la roca firme que es Cristo.

La biblia nos enseña que debemos trabajar y esforzarnos, pero es muy diferente hacerlo con la bendición de Dios, podemos pasar por alguna prueba o dificultad, pero al final estaremos en victoria.

En proverbios 10:22 dice: “La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse”.

Cuando le damos prioridad a las cosas del Señor, y lo ponemos como el fundamento en todo lo que hacemos, alcanzaremos provisión. Y si estamos pasando alguna dificultad, a su tiempo Él nos dará las estrategias y saldremos a una nueva temporada de riquezas y bienestar.

Nada mejor que tener la plenitud de Dios, estando llenos del Espíritu Santo con fuerzas renovadas cada día, Él nos guía a la victoria para no estar en angustia y tristeza. El Señor cubre con su ayuda a sus fieles y les da descanso.

Versículo 3

Aquí hay una de las más maravillosas promesas de Dios sobre los hijos, ellos son Su bendición para nosotros, una recompensa, una herencia de nuestro Padre Celestial. Lo hijos no deben ser una carga angustiosa, sino una alegría bajo la bendición del cielo.

Si el Señor nos envía hijos, con ellos vendrá también su provisión para todo lo necesario, y no seremos avergonzados.

Dios es vida, creador de la vida, por eso quiere dar vida, así como le dijo a Adán y Eva que se multiplicarán y fructificaran, también hoy día el ama la vida, quiere compartir su herencia con todos nosotros y con muchos hijos y nietos.

También aquellos que se encargan de la predicación para salvar almas, tendrán gran recompensa por dar a luz hijos espirituales.

Dios ama la familias, quiere que el padre ame a sus hijos y a su esposa, como Cristo amó a la iglesia, porque la esposa es una bendición de Dios, es el favor del Señor sobre un hombre. Y quiere que esa esposa ame y respete a su marido así como a los hijos.

Versículo 4 y 5

Los hijos nacidos en la juventud son comparados a las flechas en las manos de un guerrero. Un padre joven y bendecido puede dar a luz muchos hijos y prepararlos para que sean una bendición al mundo, impulsarlos para dar todos los talentos que el Señor ha depositado en sus vidas.

Un hijo puede llegar muy lejos, puede, como una flecha, impactar a la sociedad. Es nuestra responsabilidad educarlos en los valores cristianos, amarlos y estar con ellos para que den lo mejor.

Además de todo esto, ellos serán nuestro apoyo toda la vida, todo lo que sembremos vamos a cosechar.

Ahora hagamos una oración basada en este precioso Salmo 127



“Gracias Padre Celestial por ser nuestro amado proveedor, ayudador y protector, sin ti nada somos y en vano edificamos si no es sobre la roca eterna: Cristo Jesús”

“A partir de este día edificaré mi vida sobre tu palabra, buscando y esperando tu ayuda y favor, porque tuya es la verdadera bendición, que enriquece y no añade tristeza con ella”.

“En tu bendición hay verdadera provisión, disfrute y descanso”

“Me pongo bajo la cobertura de tu protección, porque si tu me guardas, estoy seguro”.

“Guárdame de todo mal a mi y a mi familia, protege nuestra ciudad, y nuestra casa, guarda nuestras vidas en la palma de tu mano y protege todas las bendiciones que nos has dado”

“Cubrimos con la preciosa sangre de Cristo todo nuestro ser y todo lo que nos has entregado, familia, casa, pertenencias, ministerio y trabajo”

“Unge y bendice a nuestros hijos, prepáralos para ser una flecha afilada, útiles para la sociedad, llenos de bendición y luz del cielo”

“Danos sabiduría como padres para guiarlos, amarlos, protegerlos y enseñarles tu palabra eterna, que bendecirá sus vidas para siempre”

“Llénanos Señor de vida y bendición con muchas hijos y nietos para que estos sean poderosos en la tierra, llenos de toda riqueza, sabiduría y salud para que puedan expandir tu reino, y anunciar tus verdades”

“Danos la capacidad de poder dar a luz también muchos hijos espirituales”

“Prepáranos para salvar a muchas almas con el poder de tu Espíritu Santo y tu palabra revelada que cambia y transforma vidas por el sacrificio de Cristo en la cruz”

“Gracias Padre eterno por habernos dado a tu amado hijo, nuestro Señor y Salvador”

“Que tu bendición y protección esté siempre sobre nosotros y nuestros hijos desde ahora y para siempre.

“Pido, recibo y proclamo todo esto en el poderoso nombre de Jesús. Amén”

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