Devocionales

Orando por la  tierra con el salmo 65

Padre todopoderoso, en este día te doy las gracias por todas las maravillosas obras que haces, gracias por la perfección de tu creación. ¡Dios grande y misericordioso! Todo lo haces en tu justo tiempo, con inteligencia y sabiduría fundaste la tierra, distribuiste los mares y pusiste sus límites, preparaste el camino para que nuestros pies andasen con total seguridad.

¡Bendito seas Señor! Con magnificencia creaste las aves del cielo, las criaturas marinas y todo animal de la tierra, con belleza creaste las flores, las plantas y todo ser viviente desde el más pequeño hasta el más grande. Nos muestras el esplendor del día, así como la belleza que se descubre escondida en la noche. Gracias Señor, por hacer fructífera la tierra y hacer sobreabundante nuestras cosechas, gracias porque como dice el Salmos 65:9-10 de la  NVI

Con tus cuidados fecundas la tierra, y la colmas de abundancia.

Los arroyos de Dios se llenan de agua, para asegurarle trigo al pueblo.

¡Así preparas el campo! Empapas los surcos, nivelas sus terrones, reblandeces la tierra con las lluvias y bendices sus renuevos.”

Amado Padre, te pedimos perdón por las veces en las que no valoramos el planeta que nos has dado y por las veces que a causa de nuestros descuidos y negligencia no lo hemos cuidado y respetado. Espíritu Santo de Dios te pedimos que sanes nuestro corazón y nuestra mente y nos hagas entender la responsabilidad que tenemos de cuidar el entorno que nos has entregado para formar un hogar.

Hoy oramos para que tu gloria se manifiesta en nuestras vidas, que este año no termine sin ver las respuestas a nuestras peticiones y las bendiciones que tienes destinado para nosotros; creemos en tu promesa y en tu palabra que dice, en los versos 11 al 13

“Tú coronas el año con tus bondades, y tus carretas se desbordan de abundancia. Rebosan los prados del desierto; las colinas se visten de alegría. Pobladas de rebaños las praderas, y cubiertos los valles de trigales, cantan y lanzan voces de alegría”

Señor, queremos saciarnos de todas tus delicias y de todos los bienes que están en tu casa y que benevolentemente nos entregas para proveernos en gran manera, y en tu infinita misericordia confío, por cuanto me apropio de lo que te pidió el salmista: “Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendrás para siempre.” (Salmos 41:12 NVI).

Señor de los cielos, creador del universo, danos el entendimiento para conocer las consecuencias que tienen nuestras acciones y evitar equivocaciones desastrosas para nuestra tierra. Danos el equilibro consciente de lo que podemos hacer y de lo que no, que no nos arrastre el espíritu consumista y vanidoso que nubla el sentido común en las mentes. Padre, a tus hijos nunca les hace falta nada, nos das lo que necesitamos y mucho más, por eso declaramos que la ansiedad, la incertidumbre, y la inconciencia se van de nuestras vidas, y nunca más dominan nuestra mente y nuestras decisiones.

Padre, declaramos que asumimos nuestra mayordomía con la mayor responsabilidad y que todo lo que nos has dado alrededor para gobernar será para glorificarte. Padre celestial, declaramos a viva voz que bendecimos el planeta que habitamos, bendecimos todos sus componentes, todos los organismos y seres vivos en general sean pequeños o grandes, y que habitan con nosotros cumpliendo su propósito de nivelar con sabiduría y armonía el ciclo de la vida. Bendecimos el aire que respiramos y bendecimos los pulmones que nos has dado declarándolos sanos, funcionando correctamente y que maravillosamente nos mantienen con vida en el Nombre de Jesús. ¡Amén!

 

Haga clic para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Arriba