Por Mario Serrano

Por encima de toda circunstancia. Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación Habacuc 3:17-18

Este texto no es un permiso a la resignación. En el encontramos un principio que debería dirigir siempre nuestras vidas. Este principio es el siguiente “Dios está por encima de toda circunstancia, sea esta buena o mala”
La voluntad del Señor no es que sus hijos siempre vivan en escases. Su deseo es que tengas todo lo suficiente para subsistir, y aun te sobre para poder ayudar a otros.

Durante mucho tiempo se ha escuchado mencionar este pasaje como un indicativo de que la voluntad de Dios es que padezcamos necesidad, en realidad este versículo sugiere que Dios debe ser más grande e importante que cualquier necesidad y nuestro amor hacia él debe ser tan intenso que ninguna circunstancia pueda opacarlo.

En ocasiones los bienes y riquezas se transforman en prioridad y nos roban el gozo y la felicidad que proviene de un corazón que pone a Dios primero y sobre todo lo demás.

Cuantas personas en busca de felicidad solo persiguen los bienes terrenales, y cuando los alcanzan, por un breve periodo de tiempo tiene algo de satisfacción, pero luego su codicioso corazón vuelve a desear poseer más y más y viven en una carrera sin freno, dejando a Dios de lado y no dependiendo de él como la fuente verdadera de gozo, felicidad y sentido en la vida.

Tal vez dices: “bueno si yo tuviera este trabajo, o viviría en tal lugar…si me casara con esta persona o si pudiese cambiar mi vehículo o relacionarme con tal o cual individuo, entonces sería feliz”. Si piensas de esta manera tu enfoque esta distorsionado y nunca lograrás verdadera plenitud en tu vida ya que esta procede de poner a Cristo en el primer lugar y tener una relación íntima y vital con él.

Mi querido amigo, que en toda circunstancia, buena o mala, Dios se levante por encima de todo y de todos. Depende de él como la fuente de gozo, felicidad y satisfacción. El corazón lleno del amor, la plenitud y satisfacción que Dios da, es el corazón más gozoso, pleno y virtuoso sobre la faz de la tierra.

Oremos así:

Padre celestial perdóname si he puesto mi corazón y esperanza en la adquisición de cosas puramente materiales.
Perdóname si he dejado que mi felicidad y satisfacción dependan de mi relación con otras personas.
Tú eres la fuente de la vida.
Solo tú puedes dar satisfacción plena y completa más allá de cualquier circunstancia.
Que tu Señor seas más que suficiente para mí.
Recibo ahora tu plenitud que llena mi alma y la satisface.
Pido creo declaro y recibo todo esto en el nombre de Jesús, amen

Por Encima de Toda Circunstancia
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