Comentarios Bíblicos

Salmo 20 Con Explicación y Oración Poderosa Biblia Hablada

A continuación leeremos el Salmo 20 en la versión Nueva Biblia Viva. Luego haremos un comentario devocional y una oración final.

Comentario devocional del Salmo 20, explicación versículo por versículo.

Por Esteban Correa.

Versículos 1

«Que el Señor esté contigo en el día de tutribulación.
¡Que el Dios de Israel te libre de todo mal!»

Se cree que este es un salmo que se recitaba antes de salir a la guerra, como una declaración de bendición sobre el pueblo. La bendición que aparece en el versículo uno la podemos aplicar a nuestra vida en el día del conflicto, la batalla o la tribulación. En los momentos de prueba y lucha, el Señor está contigo, el Señor es tu victoria. Así como David escribió este salmo como bendición para el pueblo, así nosotros, como iglesia y pueblo de Dios, tenemos la misma promesa. El Señor está con nosotros en el día del conflicto. Dios ha estado muchas veces para liberarnos y ayudarnos, y hoy está en el momento que estés atravesando, ya sea una pequeña batalla, desafíos o problemas que enfrentes, el Señor nos dice que está con nosotros en momentos de angustia.

Su compañía, su Espíritu Santo te fortalecerá y guiará a la solución, romperá los yugos del enemigo que se quieran levantar contra ti y saldrá en tu defensa. Nuestro Dios nos libra de todo mal, así lo dice el verso uno, no hay mal que el Señor no nos pueda librar. Algunas versiones dicen: “El Dios de Jacob te defienda”, seguramente recordando la persecución de Esaú a Jacob cuando el Señor se le apareció y lo ayudó, así como estuvo con Jacob, está contigo en este momento. En Génesis 35:3 dice:

Además les dijo: «Nos vamos a Betel. Allí voy a construir un altar al Dios que respondió a mis oraciones en el día en que estaba angustiado, y me acompañó en todo el viaje».

Versículo 2

«Que desde su santuario te envíe ayuda;
que desde Jerusalén te fortalezca».

El Señor te envíe ayuda desde su santuario o templo, el área dónde el Señor había asentado su poder y presencia en Jerusalén, a menudo se lo denomina Sion. Este monte simboliza hoy la presencia de Dios, su reino celestial en nuestra vida. Si vamos a una batalla o desafío, si enfrentamos problemas con personas, con compañeros de trabajo, gente conflictiva, problemas financieros, de salud o de cualquier índole, tenemos que apoyarnos en la ayuda proveniente del reino de Dios, nuestro respaldo y fortaleza viene desde Sion, que no se limita hoy a un lugar fìsico, sino a la fuente de la presencia de Dios, el trono de Dios o su santo templo, donde recibimos el respaldo sobrenatural para ser más que vencedores.

No ponemos nuestra confianza en cosas del mundo, sino en nuestro Padre Celestial. Tenemos que ir a Él, clamar y recibiremos esa ayuda incomparable.

Versículo 3

«Que recuerde con agrado lo que le
has brindado: tus sacrificios y ofrendas
quemadas»

En el antiguo testamento se utilizaban sacrificios y ofrendas por el pecado o que expresaban adoración, compromiso y devoción a Dios. Hoy el sacrificio de Cristo nos ha suplido todo lo que necesitamos, por eso nuestra devoción a Dios, la podemos mostrar en formas ofrendas, que pueden ser de sacrificios espirituales, como oraciones, adoración, ayunos y distintos aportes a la obra de Dios, y cada vez que das ofrendas y sacrificios espirituales a Dios con todo tu corazón, estás llenando tu vida de fortaleza. El Señor tiene en cuenta cada oración, servicio, obediencia y sacrificio de alabanza.

Versículo 4

«Que él te conceda lo que tu corazón
anhela y haga realidad todos tus planes».

Esta es una bellísima bendición de amor para nosotros, que nos promete que nos dará las peticiones de nuestro corazón. Dios es un Padre bondadoso que quiere conceder lo que deseamos o pedimos, a veces pareciera que las cosas no nos dan resultados, pero puede suceder porque oramos con dudas, al Señor le agrada la fe, no la duda, busca que confíemos en lo que Él es y en lo que Él dice.

Si oras sin abrigar la menor duda en tu corazón de que el Señor va a ayudarte, recibirás su ayuda. La respuesta de Dios se basa en nuestra confianza, cuando necesitas urgentemente una respuesta, confía en la bondad de Dios.

Por otro lado nos muestra que Dios bendice nuestros planes, y debe ser nuestra costumbre confiar y planificar objetivos a corto y largo plazo. Emprender, proyectar, organizarse, son cosas que necesitamos en la vida en cualquier aspecto o meta que tengamos.

Un deseo o sueño de nuestro corazón, necesita metas claras, y para alcanzar las metas, necesitamos un plan bien armado y pensado, pero debemos añadir a ese plan la bendición de Dios. Si llevamos adelante nuestros planes, pongamos a Dios primero para que sea su bendición la que haga prosperarlos. Ahora te pregunto: ¿Qué planes tienes?, ¿Haz planeado algo para esta etapa de tu vida? necesitamos planes para ver el poder de Dios manifestarse. Si no planificas no verás grandes cosas.

Versículo 5

«Que haya griterío de júbilo cuando sepamos la noticia de tu victoria;
que se agiten las banderas en alabanza a Dios por todo lo hecho en favor tuyo.
Que él responda a todas tus plegarias».

El pueblo de Dios se alegra con las victorias del Señor dadas al rey David. Para nosotros es motivo de festejo, alegría y alabanza cuando vemos las victorias de Dios en nuestras vidas y en las de nuestros hermanos.

Ondear o agitar bandera es levantar el testimonio en alto de lo que Dios hace, no debemos ocultar, ni darle gloria a ninguna otra cosa, levantar la bandera es proclamar, anunciar, hacer saber que el Señor es quien nos ha dado la victoria, somos nosotros los encargados de que el mundo vea la gloria de Dios en nuestras vidas,

Versículo 6

««Dios salve a su ungido rey». ¡Y yo sé que lo salva! Él le escucha desde
el alto cielo y lo rescatará con su gran poder».

David estaba bien seguro que Dios le daría la victoria. Cuando agradamos a Dios, queremos obedecerlo, buscamos su poder, lo que nos dará abundantes triunfos. Recuerda que con su poder podemos obtener grandes victorias.

Versículo 7

«Algunas naciones se vanaglorian de sus ejércitos y armamento; pero
nosotros nos gloriamos en el Señor nuestro Dios».

David hace un contraste con las naciones que se enorgullecen de su poderío militar, pero nosotros no ponemos la esperanza en lo creado por el hombre, sino en el creador mismo de todas las cosas. Somos hijos del rey y dueño del universo, quién movió los cielos y puso nombre a las estrellas, que ordenó el mundo y estableció todas las leyes físicas y espirituales que existen. Nuestro Padre Celestial, es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, creador del universo. Puede obrar de formas en las que el poderío del hombre no tiene efecto. El Señor ha rescatado a su pueblo Israel a lo largo de toda la historia, y el Rey David conocía muy bien la grandeza de nuestro Dios, por eso se gloría en el Señor y no en el poderío humano, como el resto de las naciones.

A veces no tenemos los recursos necesarios para lograr la voluntad de Dios, pero el Señor a quién llama, respalda, nos da la victoria más allá de los recursos con los que contemos.

Versículo 8

«Esas naciones caerán y perecerán; nosotros
nos alzaremos y permaneceremos firmes y a salvo».

Los que confían en sus propias fuerzas finalmente caerán, solo Dios puede abrir grandes puertas, hacer grandes hazañas, levantar al pobre, hacer poderoso al hombre más humilde de la tierra. Solo Dios levanta y humilla a quién quiere. Las naciones que no confíen en Dios plenamente al final de la historia caerán.

Versículo 9

«Otorga la victoria a nuestro rey,
Señor. Escucha nuestra oración».

El salmo cierra con una plegaria solicitando que la victoria que el rey y el pueblo tengan, vengan de Dios. Cuando hacemos este tipo de oraciones. Lo ponemos en el lugar supremo de poder. Siempre oremos de esta forma para darle gloria a su nombre, digamos así: “¡Señor danos la victoria, responde nuestra oración!”. Amén.

Hagamos juntos una oración basada en el Salmo 20:

“Padre Bueno, responde mi clamor cuando te busco, dame tu ayuda en tiempo de angustia. Defiéndeme del enemigo, guardame y dame protección para tener victoria de todo mal”

“Envíame ayuda desde tu santo templo, desde tu trono mándame tu protección, que se establezca la paz de tu reino en todo asunto de mi vida, en el nombre de Jesús”

“Hago sacrificios de alabanza, obediencia y oración a ti ahora, recuerda mis peticiones y respóndeme en tu misericordia”

“Eres mi padre bueno, concede el deseo de mi corazón, cumple mis peticiones, bendice todos mis planes para que tengan éxito siempre”

“Concédeme, Padre Celestial, todo lo que te pido, yo proclamaré tu victoria, levantaré bandera a los cuatro vientos para hablar de tus maravillas y tu favor con los que te buscan”

“Estoy seguro y tranquilo porque sé que me darás la victoria, en Jesús soy más que vencedor, tu me llevas de triunfo en triunfo”

“No confío en habilidad, ni fuerza, ni poderío de los hombres, confío Señor, plenamente en tu poder, en tu brazo extendido que me ayuda como nadie más puede hacerlo”

“Los que confían en sus recursos pueden caer, pero yo confío en ti, que eres eterno y todopoderoso. No caeré jamás de tu mano”

“Dame tu victoria Señor, dame triunfo, sanidad, provisión, protección y victoria, escúchame y concede todas mis peticiones”

“Gracias Padre Celestial, yo pido, creo y recibo todo esto en el nombre de tu Hijo Jesús. Amén”

2 Comentarios

2 Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Arriba