Escucha mi oración, oh Dios; ¡no pases por alto mi grito de auxilio! Por favor, escúchame y respóndeme, porque las dificultades me abruman. Mis enemigos me gritan; me lanzan perversas amenazas a viva voz. Me cargan de problemas y con rabia me persiguen.
Salmos 55:1-3
Los Salmos nos enseñan a que es válido y necesario expresar nuestro sentimientos y preocupaciones a Dios. Con ellos aprendes a colocar todas las cargas en sus Manos. El Señor te da consuelo y fortaleza en su presencia, te sostiene y te protege de cualquier tormenta.
Ora constantemente, clama y deposita hoy tu confianza en el Señor y contempla el Poder y la Gloria de Dios en este día:
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