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Perder a un hijo y el proceso de sanidad
#5 Papá tu tienes derecho a llorar.
Yo sé que hay muchos Papás que aún lloran la ausencia de algún hijo y quizás no saben cómo expresar sus sentimientos. Pero quiero decirle que usted tiene todo el derecho del mundo de llorar y desahogarse. Deje salir esas emociones reprimidas.
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Es cierto que sus lágrimas no le devolverán a su hijo, pero se sentirá desahogado, y en esos momentos de tristeza, de dolor, es cuando nuestras oraciones salen más sinceras. Usted no ofenderá al Señor si llora delante de su presencia y se desahoga con El. Dios entenderá su dolor y recuerde que aunque en ese momento usted no reciba una palabra de parte del Señor, no significa que Dios le haya olvidado, será ahí cuando más cerca estará de usted, porque un corazón contrito, entristecido y humillado Dios no desprecia. |
Para nosotras las mujeres es más fácil llorar y desahogarnos porque expresamos lo que sentimos, lloramos y hacemos lo que haya que hacer, pero muchas veces a los hombres les es más difícil. Se lo digo porque como le dije antes, se cuánto mi esposo amaba a su hijo, y cuán difícil fue para él esa partida. El casi no hablaba del tema pero lo que sí sé es que su vida también fue cambiada radicalmente. Pero quiero decirles a esos padres que no saben cómo expresar sus sentimientos de dolor, de tristeza, de incomprensión, y que todavía se preguntan la famosa pregunta de ¿POR QUÉ? Quiero decirle que quizás no hay un Por qué, sino más bien un ¿PARA QUÉ? Pero pueden tener la libertad de desahogarse delante de la presencia de Dios. Ustedes no están solos en esa situación. Dios le comprende, pues antes de que nosotros viéramos a nuestros hijos partir, ya el Padre lo había sufrido cuando tuvo que soportar el dolor tan grande de ver a su hijo, su único hijo, morir en la cruz del Calvario.
Además no estamos solos en medio de ese dolor, ni tampoco somos los únicos que lo hemos vivido. Alrededor del mundo hay millones de padres y madres atravesando por ese mismo proceso.
Dios tiene propósitos grandes que en el momento nosotros no podemos entender, pero llegara un día en el cual se nos revelará las causas del por qué Dios lo permitió de esa manera. Dios es Soberano y conoce el futuro, y tal vez nos está librando de llorar más en el futuro. Puede ser que Dios en su soberanía y en su amor decidiera llevarse a tu hijo(a) al cielo, y no que después sea tu hijo que se pierda en el infierno.
Yo le doy gracias a Dios por todas las cosas. Y me consuela saber que aunque mi hijo no esté conmigo, será una ausencia temporal porque un día estaremos todos juntos compartiendo con el Señor. Y sobre todo es un privilegio saber que tenemos un hijo en la corte celestial del cielo. No quiero pasar por alto decirles a aquellos padres que están ansiosos por tener sus hijos que por favor no pierdan su confianza en Dios, porque para Dios no hay nada imposible. Si ustedes tienen que ir a donde un especialista, por favor vayan y examínense los dos. Con un simple tratamiento Dios permite que el milagro ocurra. No olviden que Dios también se glorifica por medio de la ciencia médica. Muchas personas van donde un ginecólogo y si el tratamiento que el doctor les da no funciona pues se quedan a mitad del camino.
Pero así como Dios no permitió que me hiciera ningún tratamiento, hay personas que él si permite que se lo hagan y le da la bendición de tener sus hijos. Dios tiene innumerables métodos para hacer las cosas. De verdad le aconsejo que pongan su fe en el Señor, y a la misma vez hagan la parte que les corresponde a ustedes. Busquen la ayuda y la orientación de gente que Dios le ha dado la capacidad y la sabiduría para orientarnos y ayudarnos. Si nosotros nos encargamos de hacer las cosas posibles que nos corresponde hacer, tenga por seguro que de las imposibles se encargará el Señor. Y por favor tenga paciencia, a su tiempo Dios le dará lo que le conviene. Todo tiene un tiempo. Puede ser que usted no tenga ningún problema para tener un hijo, es solo que no es el tiempo de Dios.
Si usted es una mujer y un hombre con propósito, entonces prepárese porque eso significa que también Dios le dará hijos con propósito, y si lee la Biblia se encontrará con muchas historias de hombres y mujeres de Dios con propósito que no podían concebir, y cuando Dios le dio la bendición de concebir concibieron hijos con propósito, hijos que hicieron historia y que fueron grandes delante de la presencia de Dios.
Recuerda que la última palabra en tu vida la tiene Dios, y no las mentiras del enemigo, ni tampoco tu estado de ánimo. Yo soy ejemplo de eso. La ciencia médica decía que yo no podía concebir. El diablo también me decía lo mismo, y mis emociones y sentimientos me estaban haciendo creer lo mismo. Más sin embargo Dios cumplió su palabra. Y si el mismo Señor tiene que aparecerse y operarte y ponerte el embrión, el lo hará, porque quien lo prometió no es hombre para mentir.
Samuel nació en el tiempo de Dios. En el tiempo que Dios dijo, y partió a su presencia no cuando la ciencia médica decía que iba a morir, sino el día que Dios quiso. Es cierto que la vida de Samuel fue de corta duración, pero así estaba en los planes de Dios, y aún el está en la presencia del Señor y su testimonio sigue siendo de bendición y de fortaleza para muchas personas. Así que no se rindan y sigan creyendo, y véanlo con los ojos de la fe hecho una realidad. Tu bendición puede estar no a la vuelta de la esquina, ya puede estar frente a la puerta de tu casa. No te rindas porque si lo haces puede ser que entonces no veas tus sueños hechos realidad.
Leer parte 5: "La promesa de un nuevo hijo: <Jonás>."
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