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Perder a un hijo y el proceso de sanidad
#6 La promesa de un tercer hijo "David".
Me imagino que algunos de ustedes que han leído la primera parte del libro titulado: "El dolor de perder un hijo y su recompensa" se preguntarán: ¿Que pasó con los otros hijos que Dios les prometió? Pues al Jonás cumplir un año, yo le oré al Señor pidiéndole que no me dé más hijos, porque todo había sido un proceso muy difícil.
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Y ya que Jonás estaba más grande, pues yo tenía más libertad para poder salir a la misión. Yo pensé que el Señor me iba a conceder esa petición, más bien me sentía segura que así era. Pero para mi sorpresa un día supe que estaba embaraza de mi tercer hijo y casi tenía tres meses y no me di cuenta. Cuando lo supe, esa noticia no me lleno de alegría, al contrario, lloré y lloré, y le dije al Señor que por qué habiendo tantas mujeres que pedían un hijo, entonces él me lo daba otra vez a mí. |
Me sentí tan frustrada. Pase casi todo el embarazo llorando, y para colmo a los tres meses y medio me tenían que volver a operar para cerrar el canal de la matriz que siempre se abría. Tenía que pasar por el proceso de la diabetes gestacional y de verdad que todo fue un calvario. Pero un día me vi con una amenaza de aborto, y al ver que podía perder a mi hijo, le pedí perdón al Señor por mi actitud, y parece que era un embarazo de dos niños, pero se salió uno y quedó David en mi vientre.
El Señor solo me dijo acerca de mi embarazo con David fue que llamara al niño Samuel. Porque él me iba a devolver a Samuel y que como señal el Bebé nacería con un mucho cabello, y el pelo seria negro y que después le cambiaría. También me dijo que el niño nacería antes de tiempo, pero que en su nacimiento Satanás intentaría matarme a mí y al niño, y me advirtió que tenía que cuidarme.
En este embarazo se cumplieron las profecías o sueños y revelaciones que muchas personas tuvieron cuando Samuel estaba grave. Mucha gente me decía que Samuel no moriría porque muchos de ellos se habían soñado conmigo y habían tenido revelaciones donde me veían embarazada caminando con un niño que me decía Mamá! Pero antes del Señor llevarse a Samuel, el Espíritu Santo me reveló que las visiones y las revelaciones que la gente había tenido conmigo eran verdaderas, solo que ellos no le habían dado la correcta interpretación, y que ellos creían que Samuel no moriría porque ese era el niño que yo tenía en ese momento, pero lo que ellos estaban viendo en la revelación era el futuro de que aunque el Señor se llevaba a Samuel, no me iba a dejar sin hijos, sino que me volvería a bendecir con más hijos.
Yo recuerdo que un día caminando con el embarazo de David, yo llevaba a Jonás agarrado de la mano y él me hacía preguntas y me decía Mamá, y enseguida el Espíritu Santo trajo a mi memoria y me dijo: Sandy esa misma fue la revelación que muchas gentes tuvieron contigo donde te veían embarazada caminando con un niño agarrado de tu mano. Ese niño era Jonás y el embarazo era de David.
Cuando yo estaba embarazada me sentía con muy poca fuerza aun hasta para orar. Pero a la misma vez el Señor me hacía sentir que había un pueblo grande orando por mí.
Pero aun así, yo me sentía mal al no poder dedicarle a Dios el tiempo que yo deseaba darle.
Pero en ese proceso Dios me mostró una vez más su amor por mí, y sobre todo el cuidado que él tiene por sus hijos.
El lunes 3 de enero del 2011 tuve una cita en la Universidad de Medicina en Hanover para hacerme un sonograma. Ese lunes atendían a todos los pacientes que llegaban, menos a mí, pero era Dios que estaba provocando esa tardanza para que yo no saliera de ese hospital sin ver al doctor que me había operado. O sea, el Doctor que a comienzo de mi embarazo me hizo el cerclaje y la cerradura del canal de la matriz para que mi hijo David tampoco se saliera antes de tiempo.
Yo no podía percibir que todo era un plan de Dios, porque así como él tiene planes para nuestra vida, pues también Satanás tiene sus planes en contra nuestra. Cuando salí embarazada, el Señor me dijo con respecto a este embarazo que el tenia grandes planes con esta criatura, y que era una criatura que venía con mucha bendición, pero que Satanás estaría al acecho, y buscaría por todos los medio que mi hijo no naciera.
Con el embarazo de David por poco lo pierdo, luego por varias veces me caí en la bañera por dos veces resbale por una escalera. Yo sentí como si literalmente me hubieran empujado.
Pasaron muchas cosas que solo Dios me guardó a mí y a mi hijo. Pues estando en el hospital en la espera de que me llamaran para hacerme el sonograma, pasó el doctor que me había operado, y aproveche para saludarlo, el Doctor se sorprendió de verme, y de saber que ya yo estaba en los ochos meses, pues para la operación que me hicieron era un poco difícil que yo llegara a ese término del embarazo. Yo aproveché para preguntarle al Doctor si era normal que mi vejiga estuviese casi afuera, y entonces el Doctor decidió examinarme para ver a que yo me refería.
Cuando él me examinó me dijo que yo no podía viajar y que debía quedarme en el hospital. Si no me hubiese encontrado con ese doctor, pues me hubieran enviado para la casa, eso seguramente era lo que quería Satanás. Pero el nada puede hacer sin que el Señor se lo permita. Yo no me imaginaba que el Bebé no estaba recibiendo suficiente oxígeno, y además estaba demasiado grande para el tiempo de gestación que yo tenía. La diabetes se me disparó, y por esa causa el Doctor decidió hacerme cesárea el miércoles 6 de enero.
El miércoles me operaron y en esa operación perdí mucha sangre. Yo estaba súper débil, a mi hijo se lo llevaron seguido a intensivo porque había nacido 5 semanas temprana y aun así pesaba 9 libras, además tenía problema respiratorio. Pero todo obró para bien, porque si a mi hijo no lo llevaban a intensivo, iba hacer casi imposible que yo lo atendiera, yo estaba muy débil.
Gracias a Dios que después de dos días el Bebé se puso muy bien, y permanecía en intensivo solo por observación. Mientras yo debía seguir recuperándome, pues la pérdida de sangre fue mucha. Al día siguiente jueves amanecí muy débil, y mi esposo me fue a visitar, y me llevó a ver a mi hijo David, pero no pude verlo porque llegando a la estación donde lo tenían, me desmayé.
Leer parte 7: "La visita del Señor y la revelación del arrebatamiento."
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