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Perder a un hijo y el proceso de sanidad
Introducción
A veces se me hace fácil escribir una nota, pero otras veces me faltan las palabras, especialmente cuando recibo los e-mail de Padres o madres de diferentes partes del mundo diciéndome que su hijo, su hija o su Bebé que esperaban con tanta ilusión acaba de morir, y que en su momento de desesperación entraron a internet y se encontraron con mi historia.
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A veces me pregunto: (Cómo es que la encuentran tan fácil si solo está en la página de avanzapormas.com)? Pero de eso se encarga el Señor.
Estos días he recibido tantos e-mail de Padres desesperados, de gente que el dolor es tan fuerte que solo ven como salida no vivir. Yo estuve en esos zapatos, y en verdad cuando estuve en esa prueba no pensé que de mi pérdida, de mi dolor, algo bueno sucedería. |
Pero Dios convirtió ese dolor en bendición. Para ese dolor no hay palabras que puedan calmar ese huracán de desesperación, de dolor, de vacío que uno siente. Por lo menos así me sentía yo. Pero para todas esas personas que me escriben pidiéndome una sola palabra, solo puedo decirles que lo único que me hacía sentir bien era hablar con Dios. Desahogarme delante de Él y llorar en su presencia hasta sentir calma. Llegue a decirle tantas cosas que a la misma vez le decía: Oh por favor no lo tomes en cuenta, pero déjame desahogarme delante ti.
No fue mi Fe la que me sostuvo, en ese momento no sentía ninguna. Pero me sostuvo saber que Jesús me amaba y que yo sabía que lo amaba y que algún propósito tenía él con todo eso. Propósito que yo lo veía sin sentido, oscuro, doloroso, desesperante. Pero hoy sigo viendo los Maravillosos resultados. Dios está usando el libro el dolor de perder un hijo para que otros padres reciban esperanza, y no pierdan la Fe en El, y sepan que así como el obró en mi vida lo puede hacer con cualquiera de ellos.
Dedico este libro a todos los padres que han visto partir a su hijo de solo unas horas, días, meses, o pocos años de vida, y para aquellos que vieron nacer a su hijito(a) muerta en el vientre de la madre y muchas veces viven su dolor en soledad y profunda tristeza.
Cuando pasan esos primeros días después del fallecimiento, los familiares y amigos se van marchando para seguir con su vida normal. Finalmente la pareja queda sola. Como padres nos preguntamos una y otra vez: ¿Para qué vino al mundo si se nos iba a ir tan pronto?, ¿Por qué Dios nos permitió concebirlo si luego nos lo iba a quitar así tan pronto?. Este dolor del cual mucha gente no puede comprender a menos que hayan vivido la experiencia puede durar largos meses o años de espera. Es un proceso largo donde sentimos que todos los planes y proyectos que incluían a esa criatura que no conocíamos, pero al que esperábamos con gran alegría, ilusión, y que ya amábamos se nos van de las manos.
Planes y proyectos que se inventaron solo por él y para él o para ella, y que de repente tenemos que enfrentar la realidad de que esa criatura ya no estará con nosotros.
Hay muchos padres que esperaban a sus niños con ansia y emoción Pero de repente se encuentran regresando a casa con los brazos vacios. Estos sentimientos deben ser verbalizados, deben expresarse abiertamente para que no se conviertan en fantasma. Son muchas las preguntas que vienen a nuestra mente. Son muchos los sentimientos de culpabilidad. Pero quiero decirles que esos miedos y esos sentimientos de culpabilidad se pueden superar. No podemos construir sobre sentimientos negativos. Tenemos que dejar ir el dolor. Tenemos que expresar nuestros sentimientos.
Pero para que haya una sanidad muchas veces tendremos que confrontar muchas cosas que nos hicieron daño y nos causaron la herida.
Leer parte 1: "El proceso de sanidad"
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