Bendito seas Señor por tu infinita misericordia, bendito seas por tu Gracia. Bendito sea Jesús, en quien verdaderamente no se haya maldad ni engaño. Bendito seas por siempre Señor porque perdonas nuestras faltas, porque tu gracia nos salva y porque aún en medio de la oscuridad, tu mano me sostiene.
Señor, restáurame, de mis faltas, perdóname, refúgiame de las tentaciones y así podré vivir yo feliz en tus caminos. Tu Palabra dice: “Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado”, no soy perfecto Señor, nunca he sido perfecto, sin embargo, tu Gracia me hace levantarme, tomar fuerzas y decir “voy a seguir Señor, voy a seguir caminando junto a ti”, perdona mis faltas señor, cubre mis pecados y ayúdame a seguir. Ten en cuenta, Señor, que no hay quien este a la altura de tu Ley, Tu misericordia es la que nos salva. Vuelve tus ojos de amor hacia mí, Señor, para que la dicha de mi vida sea completa. Ojalá pudiese ser esa persona justa en quien no encuentras culpas y en quien en su espíritu no hay engaño.
Sé que deseas de mí, que sea imagen de Jesús, pero continuamente caigo en el camino, sin embargo, mientras tú me sostengas con tu mano, cada una de las veces que caiga, me levantaré y seguiré el camino, Señor.
Quienes son necios, pecan en esta vida sin preocuparse. Pero yo, siento peso en mi corazón por mis faltas; aunque calle, mi conciencia no me deja paz, siento como se consume mi cuerpo, desde los huesos, pero al confesar ante ti mi pecado, siento liberación, ante ti no escondo mis culpas Señor, tu todo lo sabes y como dice tu Palabra: me disciplinas para que no sea condenado yo con el mundo.
Señor, aunque las aguas se desbordasen, como en los tiempos de Noé, espero hallar en ti un refugio, que tu gracia permita que, aunque las aguas del mundo se desbordasen, sea yo levantado por tu poder y estas no puedan llegar a mí. Sé Tu mi refugio, guárdame de la angustia y rodéame con cantos de liberación.
Tu Palabra dice: “Te haré entender y te enseñaré el camino que debes andar”, eso quiero Señor, dame la sabiduría y el entendimiento. Permíteme discernir los caminos, sobre mí, fija tus ojos y con tu brazo sostenme. Camina delante de mí Señor, enséñame a caminar, como si yo fuese uno de tus pequeños e instrúyeme.
No permitas que mi corazón, se cierre y no entienda. No permitas que sea necio como el caballo y el burro, que debes llevar del freno por las ataduras, enséñame a caminar en tu voluntad, instrúyeme para que yo siempre pueda discernir el buen camino y siempre dame la fuerza para resistir la tentación. En tu gracia quiero vivir por siempre Señor.
Envuélveme con tu Gracia, Señor. Confío en Ti, renuevas mis fuerzas, guíame en la senda por donde debo andar, indícame la ruta, ¡Que grande eres, Señor! ¡Que inmenso es tu poder! Que alabe mi alma, por siempre tu grandeza, Señor. Que el Espíritu Santo me mueva siempre a alegrarme en Ti, mi salvador, Bendito sea Jesús, en quien verdaderamente no hay maldad. Solo tu eres Santo, Señor. Fuera de ti no hay nada, todo lo mantienes en su perfecto orden con tu mano poderosa. A todos les traes tu justicia y tu perdón. ¡Nadie está por fuera de tu poder, Santo y Poderoso eres tú Señor! Recibo en mi vida toda tu instrucción, quiero siempre estar en tus caminos y ayudarte a construir el Reino. En nombre del Padre, de Jesús y del Espíritu Santo deposito la confianza de mi vida, nada me falta Señor, si tú estás conmigo, pido creo y declaro todo esto en el nombre de Jesus amen.