Fuerza de voluntad por supuesto suena como algo grandioso. Somos guiados a creer que tenemos suficiente fuerza de voluntad para combatir contra cada tentación que se nos presente en el camino. Y algunas veces esto funciona. Pero déjeme contarle un pequeño secreto acerca de la fuerza de voluntad. La Fuerza de voluntad es su mejor amiga cuando las cosas van bien, pero es la primera en irse cuando usted está agotado. Descubrí que si realmente no quiero hacer algo, mi mente me da suficientes razones de por qué no tengo que hacerlo. Mis emociones incluso se unen, diciendo, «Estoy de acuerdo porque de todas maneras, no me dan ganas de hacerlo.»
A nuestra alma (mente, voluntad y emociones) le encantaría dirigir nuestras vidas, pero la Biblia dice que debemos ser guiados por el Espíritu de Dios. No se nos enseña a ser guiados por la fuerza de voluntad – se nos ordena ser guiados por el Espíritu. La fuerza de voluntad y la disciplina son importantes y vitalmente necesarias para una vida exitosa, pero sola la fuerza de voluntad no será suficiente. La determinación le ayudará a comenzar y le permitirá seguir por algún tiempo, pero nunca es suficiente para llevarlo hasta la línea de meta. Zacarías 4:6 (VRV1960) dice, «No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu, dice el Señor Todopoderoso».
¿Qué pasa si, en lugar de recurrir primero a la fuerza de voluntad en su momento de necesidad, recurre a Dios? Dios libera Su poder en su fuerza de voluntad y lo activa para llevarlo hasta la línea de meta. La fuerza de voluntad no recibirá el reconocimiento por nuestro éxito, sino Dios. Jesús dijo en Juan 15:5 (NTV): «Separados de mí nada podéis hacer.» Esta es una de las lecciones más importantes y más difíciles que tenemos que aprender si queremos disfrutar la vida que Jesús nos dio al morir.
Del libro «New Day, New You» de Joyce Meyer. Derechos de autor 2007 por Joyce Meyer. Publicado por FaithWords. Todos los derechos reservados.