De niña fue una cristiana devota, concurría los domingos a la escuela dominical y amaba a Dios. No quería volver a su casa porque no recibió amor de sus padres, quienes la rechazan y critican constantemente, cosa que la terminó llevando a una vida de excesos en la industria referente a la sexualidad inmoral. Estaba hundida en un pozo de desesperación y enfermedad, quiso suicidarse muchas veces, pero el Señor no se olvidó de ella.