El avivamiento está irrumpiendo diversos sectores de Estados Unidos. Uno de esos sitios donde muchos están dando su corazón a Jesucristo es Burlington, Carolina del Norte.
En este estado Dios está en movimiento. El epicentro es Burlington, Carolina del Norte, donde una creciente multitud se reúne bajo una carpa.
El director del avivamiento en Burlington dice que tienen un promedio de 2.500 a tres mil personas cada noche. Este mes, tuvieron una noche juvenil y más de cinco mil personas se presentaron.
Ahora, han pasado ocho semanas. Este avivamiento inició en la iglesia Bautista New Hope o Nueva Esperanza. A finales de la primera semana, el pastor Randy Hobbs y el evangelista C.T. Townsend sintieron que Dios quería hacer más.
“El hermano Randy se levantó y dijo: ‘No creo que Dios ha terminado’ y estuve de acuerdo”, indica Townsend.
“Es increíble ser parte de esto. Es algo por lo que habíamos orado en nuestra iglesia durante varios años. Nos habíamos reunido por más de 15 años, orando por un avivamiento que nos impactara de forma local y nacional. Ahora, vemos los resultados y cómo Dios ha orquestado todo esto y como es que Dios nos ha traído juntos”, comenta Hobbs.
El avivamiento llenó por completo el antiguo santuario y eventualmente se trasladó a una carpa. Don Cox, un hombre de negocios, permitió que la actividad se realizara en su propiedad.
“Ha sido absolutamente increíble. La última vez que recuerdo algo similar fue en agosto de 1951 cuando asistí a una reunión en Greensboro y hablaba un joven evangelista, llamado Billy Graham”, dice Cox.
“En mi más loca imaginación, nunca habría pensado que Dios haría lo que ha hecho. Cada noche que pongo mi cabeza en la almohada, solo me asombro de lo que Dios está haciendo”, indica Townsend.
Personas de todo el país están asistiendo, y Townsend dice que más de 400 personas han aceptado a Jesucristo, incluyendo el empresario D.R. Harrison.
“No había ido a la iglesia por más de 11 años, hasta hace cinco semanas y media. Cada miércoles y domingo, mi hija iba al altar y oraba por sus padres para que se convirtieran. Dios contestó las oraciones de esa pequeña niña y eso lo creo de todo corazón”, dice Harrison.
Ashley Caudill vio a su hija de seis años aceptar a Cristo durante un culto.
“Hablamos sobre eso un poco, y dije: ‘¿Crees que Jesús está hablándote sobre algo? Y ella dijo: “Quiero ser salva”. Estoy agradecida que mis hijos vean esto porque creo que sabrán, siempre sabrán que Dios es real”, concluye Caudill.
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