Si abres tu corazón para que Dios lo llene de amor para darlo a los demás, habrás cumplido el mandamiento de Jesús de amarnos unos a otros y tus oraciones serán contestadas.
Versión Audio:
En Juan 15:7-8 dice: “Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!”.
La forma de permanecer en Jesús, es abriendo recibiendo y abrazando sus palabras de verdad, amor y vida eterna, y que esas palabras lleguen a ser el fundamento de nuestra vida. La promesa que se nos da en este texto, es que podemos pedir lo que queramos y nos será concedido. En los versos 12 y 17 de Juan 15, Jesús nos dice que su mandamiento es que nos amemos unos a otros y que lo hagamos como él nos amó a nosotros.
El mayor interés de Dios es que decidamos hacer las cosas por amor. Dios quiere llenar nuestro corazón de su amor, por lo que nuestro deber, es decidir recibir ese amor para brindarlo a los demás. No tiene ningún valor para Dios una persona que no quiera amar. El énfasis de Jesús es que amemos, lo cual es una decisión, no una emoción temporal. Cuando decidimos amar, el Señor nos da el amor necesario para que podamos hacerlo sin dificultad.
No es que nos transformemos en débiles o nos dejemos manipular, es andar en luz y no en oscuridad, es decir: sin odio, amargura, ni resentimiento a pesar de que los demás se equivoquen o no sean como nosotros esperamos.
Hagamos esta oración:
“Padre, decido amar sin importar las actitudes de las personas, abro mi corazón para que lo llenes de tu amor para dar a los demás. Colma mi vida para tener comunión contigo y reciba siempre tus respuestas, lo pido en el nombre de Jesús. Amén”