Por John Hagee
2 Crónicas 7:14 “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”
¿Qué hicieron nuestros antepasados cuando Norteamérica estuvo en crisis? ¿Acaso ellos cantaron una canción rápida y después volvieron al caos político? No! Cuando América parecía que estaba a punto de desbaratarse como una casa hecha de barajas, Benjamín Franklin instó al Congreso Continental a arrodillarse y pedir a Dios Todopoderoso guía. Ellos entendieron un simple y profundo principio y es que la oración es la llave que abre la puerta a la sabiduría y liberación.
Todo lo que la Nación Norteamericana necesitó durante los primeros años de lucha para sobrevivir fue la oración. ¿Qué necesitan todas las naciones del mundo hoy? ¡Más oraciones! Inclusive oraciones más poderosas.
¿Por qué debemos orar? Porque Dios no solamente nos escucha sino que contesta nuestras oraciones.
Dios no necesita a Norteamérica o a las Naciones del mundo, pero las naciones si lo necesitan a El desesperadamente. Nosotros necesitamos ser sanados de la división y el odio. Necesitamos recordar qué significa estar en unidad nuevamente. Necesitamos dejar de lado nuestras triviales causas y convertirnos en un solo cuerpo bajo la gracia y amor de Dios. Y esta unidad empieza en el hogar.
Siempre es mejor ser reconciliados que tener la razón. Ama a aquellos que te persiguen, y no olvides que cuando estás haciendo lo que Dios te ha llamado a hacer, Él se hará cargo de aquellos que se han puesto en tu contra. Nadie se puede encargar de tus enemigos como Dios. “La venganza es mía” dice el Señor. Tú haces tú parte, y deja que Dios haga la suya.
El pastor John C. Hagee es el fundador y pastor principal de Cornerstone Church en San Antonio, Texas. Mensaje traducido por avanzapormas.com publicado originalmente en jhm.org/Devotionals/10-22-2-chronicles-714