JOYCE MEYER
¿Tiene una naturaleza basada en la vergüenza? ¿Está arraigado o plantado en la vergüenza? La maldición y el poder de la vergüenza pueden ser arrancados de usted por el poder de Dios. Sabemos por Isaías 54:4 que el Señor ha prometido quitar la vergüenza y la deshonra de nosotros para que nunca más las recordemos. De hecho, Dios ha prometido que en su lugar derramará sobre nosotros una doble bendición. Poseeremos una doble porción de lo que hemos perdido, y tendremos gozo perpetuo (vea Isaías 61:7).
Póngase firme en la Palabra de Dios. Eche raíces y plántese, no en la vergüenza y la deshonra, sino en el amor de Cristo, estando completo en Él.
Pida al Señor que obre un milagro de sanidad en su mente, voluntad y emociones. Permítale entrar y completar lo que Él vino a hacer: sanar su corazón quebrantado, vendar sus heridas, darle hermosura en lugar de cenizas, gozo en lugar de luto, manto de alabanza en vez de opresión, y un doble honor, en vez de una doble vergüenza (vea Isaías 61:1-3).
Determínese, desde este momento en adelante, a rechazar las raíces de amargura, vergüenza, pesimismo y perfeccionismo, y a alimentar las raíces del gozo, la paz, el amor y el poder.
Por la fe, trace la línea de la sangre de Cristo a través de su vida, y declare con valentía que está sano de los dolores y heridas de su pasado; ha sido liberado a una nueva vida de salud y sanidad. Continúe alabando al Señor y declarando su Palabra sobre usted mismo, solicitando perdón, limpieza y sanidad.
Deje de culparse y sentir remordimientos, de sentirse indigno, y como si nadie lo amara. En cambio, comience a decir: «Si Dios es por mí, ¿quién puede estar contra mí? Dios me ama, y yo me amo. ¡Gloria al Señor, soy libre en el nombre de Jesús, amén!».
–Tomado de La Biblia de la vida diaria, de Joyce Meyer. Una publicación de Casa Creación. Usado con permiso.
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