Por Brenda Kunneman
“Debes saber que así como usé al profeta Jeremías sobre las naciones para desarraigar y plantar, te he llamado a desarraigar para preparar el mover del Espíritu sobre tu tierra. Si, a desarraigar fortalezas y plantar justicia con un decreto de tu boca”
“Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar” (Jeremías 1:10)
Cuando Dios llamó a Jeremías, él había sido llamado a hablar sobre las naciones. Dios usó sus palabras para literalmente remover la maldad y plantar justicia en esos lugares. De una manera similar, nosotros la iglesia podemos decretar y hablar sobre nuestra tierra a través del espíritu de la oración. Podemos arrancar cosas para preparar el mover de Dios y plantar semillas de justicia. Nuestros decretos sobre nuestras ciudades y naciones nos ayudan a arar el terreno para un avivamiento y el éxito de nuestro esfuerzo por el ministerio. En Colosenses 4:3, Pablo dice, “orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo”. El estaba pidiendo a la iglesia hablar en la realidad del espíritu para que la regiones se empiecen a abrir y recibir su ministerio.
Cada creyente puede ayudar a prosperar el trabajo del Reino de Dios simplemente decretando y hablando en sus propios tiempos de oración. Si vives en una ciudad o barrio plagado de crímenes, decreta que la violencia debe dejar las calles. Después habla paz y seguridad y pídele a Dios que envíe a los obreros del evangelio. Que todos hagamos nuestra parte en esta hora. Es tiempo de plantar justicia en nuestra tierra hoy!
Oración:
Señor, decreto que ___________ es desarraigado de mi región/nación y yo planto una cosecha de ___________________ que siempre crecerá donde vivo. Declaro que el evangelio avanzará exitosamente en el nombre de Jesús, amén.
Fuente: https://ovm.org/the-daily-prophecy?page_id=1209