Devocionales

Corrientes de Agua Viva

Por Rod Parsley

“Me estoy hundiendo en una ciénaga profunda, y no tengo donde apoyar el pie, estoy en medio de profundas aguas, y me arrastra la corriente”. Salmo 69:2

En el curso del tiempo los ríos muy seguido cambian su curso. Donde un río poderoso corría una vez, en un momento dado solo quedan estanques de agua detenidos.

Jesús dijo, “De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:38). Él estaba hablando de creyentes que serían llevados por el poder del Espíritu Santo.

David le rogó a Dios, “Sácame del fango, no permitas que me hunda” (Salmo 69:14). Cuida que tu río espiritual no se convierta en un pantano, y mantente siempre listo a moverte con el poder del Espíritu Santo.”

lComo observamos en Ezequiel 47, el río de Dios primero fluye a tus tobillos, cubriendo nuestro caminar espiritual. Después sube a nuestras rodillas, cubriendo nuestras vidas de oración. El río después fluye a nuestra cintura, hablando a nuestro servicio y finalmente se hace tan profundo que debemos nadar en el río, permitiendo que nos lleve con su fluir. Decide hoy sumergirte totalmente en el río de Dios.

Río de Dios, fluye dentro, a través y fuera de mí.

Río de Dios, sumérgeme y llévame por tu corriente

A tu perfecto plan y futuro. Amén

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