Por Esteban Correa
Dios bendecirá tu obediencia siempre, Él recompensa a todos aquellos que siguen su voz y hacen caso a su palabra. Nuevos deseos te nacerán, de acuerdo a la voluntad de Dios para que enfrentes nuevos desafíos y obtengas grandes promesas. Amén
En Filipenses 2:13 (DHH) dice: “Pues Dios, según su bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y quien los ayuda a llevarlos a cabo”.
Hay personas que ya no pueden escuchar lo que Dios les pide, porque no están dispuestos a salir de su zona de seguridad. Dios produce en nosotros deseos e impulsos en el espíritu para que realicemos ciertas cosas, pero muchas veces ese deseo es bloqueado por la mente racional, por tradiciones familiares o malas enseñanzas religiosas, entonces el Señor ya no puede guiar a estas personas a nada nuevo, porque no lo harán. A veces lo que Dios nos pide parece que no tiene mucho sentido o creemos que no va a funcionar, pero cada vez que te nazca ese deseo por alcanzar nuevas cosas no lo evites.
Cuando sientas ganas de mejorar, de llegar a nuevas metas o a realizar algo diferente para alcanzar mejores resultados, atrévete, no lo resistas, no apagues la voz del Espíritu Santo, porque luego de la obediencia se desata una gran bendición.
Hagamos juntos esta oración:
“Padre hoy declaro en tu presencia que recibiré todo lo que tienes para mi, estaré atento a las nuevas instrucciones que tienes para darme, me comprometo a seguirte y hacer tu voluntad siempre, en el nombre de Jesús. Amén”.