Hoy es el día donde se verá el milagro y el favor de Dios que estabas esperando, esas cosas que hace tiempo pides y esperas. En el nombre de Jesús es el día del favor, de la salvación y de ver la bondad de Dios.
En Mateo 8:5 se cuenta la historia de un soldado Romano que tenía un servidor enfermo, y al Jesús decirle que iría para sanarlo, el centurión le aclaro que no sería necesario, le pidió a Jesús que solo diga la palabra y su siervo sería sanado, aclarando que él mismo conocía el poder de la autoridad, y que si Jesús tan solo daba la orden, la enfermedad se iría.
En el versículo 7 dice: “Entonces Jesús le dijo al oficial romano: «Vuelve a tu casa. Debido a que creíste, ha sucedido». Y el joven siervo quedó sano en esa misma hora”. El Soldado se ahorró aún el tiempo de caminar hasta su casa para que Jesús pudiera imponer las manos, porque su fe era tan firme que la sanidad fue de inmediato. Esto nos enseña que debemos aprender a ejecutar nuestra fe para hoy, tal vez muchas cosas deberían haber llegado hace tiempo, pero como vivimos esperando todo para el futuro, nos cuesta trabajo creer para hoy.
Esperamos para que “algún día” o “más adelante” pase el milagro. Pero es tiempo de que pidamos y declaremos para hoy. Jesús no se mostró molesto por el soldado, por el contrario se mostró honrado por su fe y con gusto dió la orden y esa fe desato el poder de Dios en su servidor enfermo, porque su voluntad es siempre buena para nosotros.
Hagamos juntos esta oración:
“Dios Padre declaro que por la fe en tu amor y poder, hoy se desata un milagro en mi vida, el milagro que estoy esperando en el área que hace tiempo te estoy pidiendo, lo recibo y desato ahora en el nombre de Jesús, Amén”