La sabiduría de Dios te librará de los conflictos, tu corazón se llenará del conocimiento del altísimo. El Señor comparte contigo su eterna sabiduría para que andes sin confusión, lleno de lucidez y seguridad.
Colosenses 2:2-3 “para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”. Dios derrama su sabiduría en todo aquel que desea recibirla, la sabiduría de Dios nos señala la salida a los problemas, nos corrige cuando pensamos que estamos haciendo lo correcto. El sabio sabe que puede hacerse más sabio aún, sabe que Dios tiene infinitos conocimientos y sabiduría. La fuente de toda sabiduría es Dios, nuestro creador. Pidamos al Señor que nos guíe a todo clase de conocimiento que necesitemos, pidamos que nos enseñe a tomar mejores decisiones estando siempre abiertos a cambiar cuando haya algo que cambiar. El problema de una mente cerrada, que cree saberlo todo, es que no podrá crecer más y no podrá recibir cosas nuevas. Una mentalidad dispuesta a recibir más, nos encamina en los asuntos de nuestra vida. Nos permite escuchar y aprender. Nos hace más sabios para resolver los problemas y conocer cada día más a nuestro Señor y Salvador.
Oremos así:
“Dios mío en este día reconozco que necesito tu sabiduría en todo tiempo, enséñame a tomar buenas decisiones basadas en tu palabra y consejo, capacítame en toda clase de conocimiento que necesite para cumplir mi propósito, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”
