Reflexiones Cristianas de Amor Escritas

Jesús Ama y Busca al Perdido Siempre

Por Mario Serrano

Lucas 15:8-10 »O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata[a] y pierde una. ¿No enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? 9 Y, cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la moneda que se me había perdido”. 10 Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente.

Esta parábola nos enseña algunas verdades importantes que ponen de manifiesto el amor de Dios hacia nuestras vidas como también el valor que cada uno de nosotros posee.

Muchos hijos del nuestro padre celestial han abandonado los caminos de la fe.
Unos se cansaron de ser condenados, maltratados y aun manipulados por la religión.
Otros al enfrentar el fuego de la prueba no pudieron resistir y dejaron de luchar. Algunos en cambio fueron sometidos y engañados por el enemigo. Y así podríamos seguir enumerando razones por las cuales los cristianos le dan la espalda al Señor.

La moneda de la historia se perdió. No dice como, pero podríamos también enumerar varias posibilidades, desde un bolsillo roto hasta la torpeza de o distracción de la mujer que la poseía.

Es interesante que no se mencione la causa, ¿sabes porque razón? Porque ello no es relevante.

Lo relevante aquí es el afán de esta mujer por buscar lo que estaba perdido y su gran alegría manifestada al encontrar su objeto preciado.

Así tu Padre desea que vuelvas a él, Cada día de tu vida tendrás que sortear infinidad de situaciones donde queda demostrado que él te ama y te está buscando con afán.

Cuando la moneda se cae y comienza a rodar, casi siempre se aloja en lugares inaccesibles. En esos espacios donde es prácticamente imposible llegar y es allí, en esos lugares donde la moneda se ensucia, se raya, y queda cubierta de polvo.

También muchos amados de Jesús, están en el mundo sumergidos en el polvo del pecado, en agujeros negros de desesperación, irreconocibles y sin posibilidad de ayuda o rescate aparente.

Hoy el Señor va a tu encuentro por medio de esta palabra, y te dice te amo, y voy a hacer todo de mi parte por encontrarte.

Las monedas de la antigüedad como las de hoy poseían un sello, una imagen o figura que las distinguía de cualquier otro metal. La suciedad y el barro no le quitaban a este valor, pues este provenía de su sello o imagen grabada en sí misma.

No conozco tu situación, pero sé que ante los ojos de nuestro Padre celestial, tienes tanto valor como aquel día que le entregaste tu corazón contrito y humillado. Eres un tesoro preciado. Él te ha hecho conforme a su imagen y semejanza, tienes el sello de su Espíritu, y te ha marcado como su posesión valiosa. Nada puede deshacer eso.
Corre hoy a sus brazos de amor, una gran fiesta se celebrará en el cielo.

Oremos así:

Padre celestial, vuelvo a ti una vez más.
Sé que me amas, y usas cada oportunidad para hablarme y hacerme reflexionar
Gracias porque aunque este sumergido en el lodo cenagoso tú me limpias y me restauras.
Gracias por darme valor e importancia y por no rendirte conmigo
Recibo tu abrazo y disfruto este tiempo en tu presencia sintiendo el calor de tu amor… amén

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