Comentarios Bíblicos

Salmo 51 Biblia Hablada con Explicación y Oración

Video con el salmo 51 hablado con un estudio biblico, explicación versículo por versículo, para escuchar y leer más abajo completo, escrito por Esteban Correa.

Biblia en audio con letra, estudio biblico y oración:

Ahora veremos un comentario devocional. Escrito por Esteban Correa.

Versículos del 1 al 3

El rey David escribió este salmo luego de cometer adulterio con Betsabé, y haber asesinado a su esposo para quedarse con ella. Su pecado había sido grave y alevoso ante los ojos de Dios. Podemos conocer esta historia en 2 de Samuel capítulos 11 y 12. David debía salir a la guerra, pero se quedó en su palacio, y paseando por Él, vio a Betsabé a la cual codició y envió a llamar para cometer adulterio con ella. Ella estaba casada con Urías, un fiel soldado, pero al ver que este era un impedimento para su plan de hacer a Betsabé su esposa, lo envió a una posición de la batalla, para que con mayor seguridad sea muerto en combate.

Luego de hacer todo esto, el Señor envía al profeta Natán a reprender a David por lo que había hecho. Cuando David toma conciencia de su enorme pecado, se arrepiente y el profeta le dice que no morirá, pero que aún así tendría consecuencias por ello.

David reconoce su pecado y pide que conforme a la piedad de Dios sea borrado. El versículo 3 dice: “Porque yo reconozco mi vergonzosa acción; día y noche me persigue”, David Sentía una gran culpa por lo que había hecho, pero su arrepentimiento fue genuino y profundo, logró recibir el perdón de Dios en su alma y ser limpiado.

En el verso dos dice: “Lávame más y más de mi maldad”. Todos estamos en un proceso de crecimiento en santidad y consagración, nuestro progreso espiritual debe ser cada día morir más al pecado y vivir por el espíritu. Necesitamos continuamente la fortaleza del Señor y ser lavados profundamente por la palabra de Dios para vencer nuestra naturaleza inclinada al mal.

Así como David tomó la actitud correcta volviendo su corazón a Dios, humillado y pidiendo clemencia, así debemos descansar nosotros en el Señor, sabiendo que su amor es inalterable, aunque las malas decisiones tengan consecuencias, debemos clamar para que el pecado sea borrado de nuestras vestiduras espirituales y estar en paz con Dios.

David había tramado un plan bien premeditado en cuanto a este pecado, no fue una debilidad temporal, la cual haya abandonado rápidamente, sino que se mantuvo en un oscuro plan, ya que al pecado del adulterio, le añadió también, el pecado del asesinato.

Diferente hubiera sido el caso que David se arrepintiera rápidamente de haberse acostado con Betsabé y ahí terminaba todo, seguramente las consecuencias no hubieran sido tan severas. Podemos leer las consecuencias del pecado de David en 2 Samuel 12:10-13.

Pero aun así el Señor restauró su alma y limpió su culpa. Debemos estar atentos para huir de todo pecado rápidamente, y evitar que nuestras vestiduras espirituales sean manchadas.

Puede que sientas que tu pecado haya sido grande, pero vemos que las multitudes de la piedad de Dios llegan a ser más grande todavía, para limpiar, sanar y restaurar de la culpa del pecado.

Abre hoy tu corazón al Señor y confiésale todo pecado que creas que debas pedir perdón, y aléjate de eso, así podrás caminar sin el peso y las consecuencias de la rebelión.

Versículos 4

Aquí se nos muestra una particular declaración: “Contra ti, solo contra ti he pecado”. David había pecado contra Urías, contra Betsabé y contra su propio cuerpo también. Pero su dolor más grande parecía ser haber pecado contra Dios, su conciencia de la ofensa y desagrado que había causado al Señor, su sensibilidad y comunión con el Señor estuvieron tan afectadas que en su clamor entendía que la gravedad mayor era haber pecado contra Dios.

Vemos en esta actitud que David era un hombre con debilidades y con una naturaleza pecaminosa como todos nosotros, pero el Señor era su mayor prioridad en la vida; ni su poder, ni si ego, ni sus deseos carnales fueron mayores que su preocupación de estar a cuentas con Dios. Estimado amigo, Si realmente queremos mantener una vida bajo el favor y agrado del Señor, nuestra meta más grande es mantenernos en amistad íntima con Dios.

Versículo 5

Algunos interpretan que David era fruto de la fornicación, porque el versículo 5 dice “En pecado he sido formado, y en pecado me concibió mi madre”, pero la biblia no aclara esto.

De lo que sí estamos seguros, es que todos hemos nacido con una naturaleza pecaminosa, una inclinación natural a lo corrompido, lo que se ha denominado: “El pecado original” con el cual nacemos, y esta inclinación a lo corrupto, solo comienza a cambiar cuando nacemos de nuevo por el Espíritu Santo, y somos regenerados en la nueva naturaleza de Dios, así lo dice 2 de corintios 5:17 en la Nueva Traducción Viviente:

“todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!”

David comprendía que existía una naturaleza pecaminosa en su ser interior que lo arrastró y a su vez, en su voluntad se dejó llevar, consumó la tentación de manera agravada.

Aquí aprendemos dos lecciones, lo primero es que nuestra naturaleza pecaminosa siempre intentará arrastrarnos a lo inmoral, pero ahora que somos nuevas criaturas, tenemos al Espíritu de Dios el cual nos da la capacidad y fortaleza para poder decir: NO a cualquier tentación, porque el Espíritu nos da libertad y hace morir las malas obras en nosotros.

Lo segundo es que si hemos sucumbido a los deseos carnales, podemos ir a Dios, en el nombre de Jesús, nuestro abogado defensor, y pedir perdón, ya que pagó el precio por nuestro pecado en la cruz y así ser limpiados, para tomar la decisión de seguir al Espíritu Santo y no estar atados al poder del pecado.

Versículo 6

La verdad en lo íntimo es lo más valioso en nuestra condición espiritual, esa intimidad tan personal que podemos tener con Jesús, es en definitiva, nuestra verdadera condición ante Dios.

Confundimos muchas veces actividades o buenas costumbres cristianas, con la verdad en lo íntimo; pero el Señor quiere llevarnos a una verdadera consagración y madure. No es lo que aparentamos, ni la forma de vestirnos, ni las costumbres cristianas, ni la cantidad de actividades que podamos hacer, que muchas veces en vez de hacerlo de corazón para el Señor, lo hacemos para ser aceptados y agradar en nuestra comunidad.

La biblia nos enseña la verdad en lo íntimo, porque solo Dios es nuestro verdadero motivo, a quién debemos servir de corazón y adorar, porque solo Él puede transformarnos, ayudarnos y utilizarnos con poder.

Por ejemplo, si tienes falta de fe, o falta de sabiduría para alguna decisión, debes pedir en lo íntimo de tu ser, con verdad y sinceridad, diciendo:

“Señor, me cuesta tener fe, ayúdame, no entiendo qué decisión tomar, dame sabiduría”.

Lo mismo con nuestro pecado: “Te pido Señor que me perdones, límpiame y lávame, quiero alejarme de todo lo que no te agrada”. Esto no tiene que ver con nuestra exposición ante los demás, ni con nuestras costumbres o actividades, tiene que ver con la verdad en lo íntimo.

Si somos completamente sinceros, buscando conocerlo a Él, nuestra vida es transformada, recuerda este verso seis: “He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”.

Versículo del 7 al 13

El hisopo era utilizado para rociar la sangre del cordero en la pascua, y para rociar el agua purificada del sacerdote en el antiguo testamento, por eso David usa esas figuras para pedirle al Señor que limpiara su corazón y lo purificará.

Los creyentes debemos ser limpiados y rociados con la sangre de Cristo, en regeneración espiritual, nuestro pecados deben ser confesados y debemos arrepentirnos.

Muchos creyentes encuentran obstáculos en sus vidas por no confesar su pecados, es bueno tomar un tiempo y ponernos a cuentas con Dios, pedir perdón por los pecados cometidos, reconocer y no ocultar, no tomemos nunca livianamente los pecados, hay que confesar y hay que pedirle perdón a nuestro Padre Celestial en el nombre de Jesús.

Su misericordia y amor es grande, su deseo es perdonarnos y nuestra meta es vivir en libertad y madurar. A medida que maduramos y crecemos en la vida espiritual, los viejos deseos de la carne morirán, cuanto más nos llenamos de Dios, más fortaleza tendremos para vivir libres, limpios y sanos.

El verso 11 es muy significativo, “No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu”. En Juan 16:7 dice:

Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se los enviaré.

Se refería a la venida del Espíritu Santo, Jesús dijo que nos convenía que Él fuera al Padre para que el Espíritu more en nosotros, su obra consumada en la cruz, permitió que recibiéramos la llenura y bautismo del Espíritu Santo para tener una vida de libertad.

Él está y nunca nos deja, mora en nosotros. Nuestro mayor tesoro en este mundo vive en nuestro interior y nos trae el amor de Dios permanentemente. David ruega a Dios que no quite su Santo Espíritu.

En el nuevo testamento se nos pide que no lo apaguemos ni lo contristemos, practicar el pecado y la rebeldía es lo que hace que nuestra vida espiritual se deteriore, hace que dejemos de sentir la presencia de Dios y nos enfriemos, por eso debemos permanecer en Jesús en lo íntimo.

Toda esta idea cierra en el versículo 13 donde David se sentía incapaz de ayudar a los pecadores o de hablar de las verdades de Dios, hasta no ser limpiado y restaurado interiormente. Somo eficaces para predicar el evangelio cuando estamos en plena comunión con el Señor.

Versículo 14

Aquí David pide perdón por el pecado de homicidio, ya que había enviado a matar a Urías, esposo original de Betsabé. Es necesaria la confesión específica del pecado.

Versículo 15 al 17

Con la restauración viene la alabanza de agradecimiento por la salvación y perdón, el gozo y la alegría vuelven a aparecer en nuestro ser cuando estamos a cuentas con el Señor.

Su amor nos renueva. Quita de nuestra vida toda amargura, deseos oscuros, corrupción, violencia y malos deseos.

Dios nunca despreciará el corazón arrepentido, transparente y genuino que busca ser perdonado, jamás debemos creernos que somos más santos que los demás, en cambio debemos temer, sabiendo que somos débiles, para así ser fuertes en el Señor.

Es solo por pura gracia que somos perdonados, nos porque somos buenos. Solo la humildad y dependencia de Dios nos mantendrán protegidos de la religiosidad o del fariseísmo.

Versículos 18 y 19

David pide una bendición para la nación, ya que al ser rey, su pecado también afectaba a su pueblo. Declara ofrecer sacrificios y holocaustos, tal como era la costumbre en el antiguo pacto, para agradar a Dios, todos estos sacrificios en el antiguo testamento significaba volverse a Dios, ponerlo primero, adorarlo y pedir perdón, lo cual traía beneficios a todos.

Oremos juntos ahora, de acuerdo al Salmo 51.

Padre Celestial, hoy vengo ante ti a pedirte perdón por todo lo que ha ofendido tu santidad, todo aquello que no te ha agradado de mi vida.

Perdona todo pecado que no te he confesado, hoy expongo toda debilidad en cada área de mi vida, en la codicia, lujuria, odio, venganza, vanidad, mentira y toda clase de cosa corrupta en mi vida.

Límpiame y lávame más y más de mi maldad. Purifícame con hisopo para que sea limpio, lava mis vestiduras y santifícame con la preciosa sangre de Cristo Jesús.

Tu eres lo más importante para mi, por eso quiero vivir a cuentas contigo, siendo totalmente transparente y morando en la luz de acuerdo a tu palabra.

Reconozco que soy débil y necesito del poder de tu Espíritu Santo para obedecerte eficazmente y no caer en los deseos del pecado.

Tú amas la verdad en lo íntimo y a partir de hoy esta será mi prioridad: la comunión contigo, aún en las pequeñas cosas.

Dame sabiduría, hazme comprender tu camino y renueva un espíritu recto dentro de mí para que camine en tu derecha senda.

Renuevame en el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente.

Úsame como un instrumento limpio y eficaz para llegar a los perdidos y para que conozcan tu salvación y bondad.

Pido, creo y declaro todo esto en el poderoso nombre de Jesús. Amén.

Para ver este mensaje en video hablado clic aquí

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