Tú semillas de generosidad darán mucho fruto. Dios te dará con abundancia toda clase de bendiciones, para que tengas siempre todo lo necesario, a fin de que puedas glorificarlo y ayudar a otros en toda buena obra.
2 Corintios 9:7-9 (RVC) dice así: “Cada uno debe dar según se lo haya propuesto en su corazón, y no debe dar con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama a quien da con alegría. Y Dios es poderoso como para que abunde en ustedes toda gracia, para que siempre y en toda circunstancia tengan todo lo necesario, y abunde en ustedes toda buena obra”.
Vivir de forma permanente en escasez y falta de recursos, no es una herencia que Dios nos haya dejado. La salvación de Dios incluye en su gracia que podamos tener todo lo necesario, en toda circunstancia. La promesa nos dice que si damos con alegría, por el simple hecho de ayudar y colaborar con buenas obras, estamos sembrando con poder. Tu semilla de siembra para dar el necesitado, para colaborar con la obra de Dios o para ayudar en circunstancias especiales; hará que en tu vida abunde toda gracia para proveerte en cada área que necesites la provisión de Dios. Dios nos da abundantemente para disfrutar, y también para compartir con otros que no tienen la posibilidad de recibir o experimentar ciertas bendiciones. Siempre debes estar listo para dar y estar listo para recibir, para que su gracia abunde en ti en todas las cosas.
Oremos así:
“Padre Celestial, hoy determino ser un sembrador para que tu obra avance, y para todo aquel que me guíes a bendecir. Te pido que abunde en mí toda gracia para en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y aun me sobra para ayudar en toda buena obra, lo creo y declaro en el nombre de Jesús. Amén”
