Por Lisa Bevere
Tú eres una respuesta. “No”, tal vez digas, no lo soy. Soy un problema. “Tu no sabes cómo mi vida ha sido.” Espera, escucha, no estoy hablando a tu pasado; estoy hablando a tu futuro. Si tú crees que eres una respuesta, vas a considerar tu vida y relaciones de una manera completamente diferente a si crees que eres un problema. Los problemas son negativos, críticos y poseen juicio en sí mismos. Los problemas llenan tu vida con sus preocupaciones y miedos. ¡Ah! pero las soluciones suenan y se siente muy diferente. Estas son positivas, llenas de esperanza, nos dan vida y sabiduría. Las respuestas nos confortan y disminuyen el temor con el poder del amor.
Si crees que eres un problema, tarde o temprano empezarás a actuar como uno. Igualmente si crees que no eres un problema sino una solución, vas a empezar a actuar como una solución. Imagina que podría pasar si toda una generación entendiera esto. Si se miraran cada día en el espejo y dijeran, “Yo soy una respuesta. Tengo el poder de impactar este mundo. Fui creado para hacer bien y no mal. No necesito rugir, porque tengo el poder de susurrar. No necesito ser blanco o negro… porque soy el color y la belleza de la creación!
Una respuesta es la razón de nuestra existencia y la motivación detrás de nuestra creación. El paraíso tuvo un problema, y nosotros somos la respuesta de Dios. ¡Piénsalo! Tú eres la respuesta de alguien. Tú eres la respuesta de algo. Hay un problema allá afuera que solo tu presencia puede resolver. Hay un corazón roto y herido al que solo tú puedes administrar sanidad. Tú eres una voz para el mudo. Tú no eres una víctima, tu eres una respuesta. Imagina el poder en este cambio de perspectiva. Las mujeres no son hombres, pero a menudo son la respuesta para los hombres.
“No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Gènesis 2:18)
Adán necesitó ayuda. Eva fue su respuesta. Las respuestas” o las soluciones no tienen que luchar para hacer que su presencia se conozca cuando entran en escena. Los astutos saben esto. Adán lo supo.
“!Al fin!” Adán exclamó. “Ella es hueso de mis huesos y carne de carne! Ella será llamada “mujer”, porque fue tomada del hombre” (Génesis 2:23).
Al igual que con Adán, cuando las personas vean que las mujeres comienzan a encarnar la verdad, dejarán el problema en la mente y aceptarán su papel como una respuesta. Creo que hay un mundo ahí afuera que te mira y espera para que seas una respuesta.
Vivimos en un mundo en el que a menudo en la cultura de la iglesia repetidamente se comunica que la mujeres son un poco “el eslabón débil, por así decirlo”. Oh, pero esto no es verdad!
La mujer fue hecha para ser una respuesta. Ella era el tesoro por el cual Adán buscó la creación perfecta de Dios. Cuando ella ama, ella es el aceite que unge y hace que la vida funcione sin problemas. Cuando ella es libre, ella no es el eslabón más débil; ella es el colgante de rubí suspendido por una cadena de oro.
“Muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz, pues tu voz es placentera y hermoso tu semblante”. (Cantares 2:14)
Hay un mundo que anhela verte y oírte. Las hijas de Eva han creído tontamente una mentira que ha cambiado su perspectiva e imagen. Si abrazamos la mentira de que fuimos un problema, con el tiempo nos convertiremos en uno. Al olvidar que fuimos amadas, perdemos una porción de nuestra belleza. Es cierto que la mayoría de nosotros no decepcionamos a quienes observan nuestro fracaso. Pero el viento está cambiando, y la verdad está soplando libre y fresca para todos los que tienen oídos para escuchar lo que la verdad podría hablar y despertar. El mundo anhela escuchar la belleza de nuestras voces nuevamente.
Lisa Bevere es cofundadora del ministerio: «Messenger International» con su esposo John Bevere. Autora de éxito de librerias. Traducico por avanzapormas.com – fuente: messengerinternational.org/blog/lisa-devotional/nottheproblem