Por John Hagee
Lucas 9:62 Jesús le contestó: “El que pone la mano en el arado y sigue mirando atrás, no sirve para el reino de Dios”
¡Tú tienes que renunciar a lo que tienes… para alcanzar lo que Dios tiene para ti!
Algunos de ustedes han sido golpeados emocional y espiritualmente. Han sido humillados, deshumanizados y azotados emocionalmente. Están cansados y exhaustos. Renunciar parecería algo bueno pues alcanzar la victoria se volvió algo imposible. Pero Egipto no es tu herencia, la tierra prometida lo es. Olvida lo que tienes atrás y corre hacia lo que Dios tiene para ti. Tu herencia no es el pecado y la enfermedad. Tu herencia es la salud y la sanidad. Tu herencia no es la crisis financiera, tu herencia es que Dios suple todas tus necesidades, no tu codicia pero sí tu necesidades. Tu herencia no es vivir en una constante pelea doméstica que se parece a una perpetua guerra civil. Tu herencia espiritual no es vivir como esclavo del alcohol y las drogas. Tu herencia es ser libre, para lo que el Hijo estableció libertad, eres verdaderamente libre. Tú necesitas salir hoy y patear el lodo de los ladrillos del Faraón que están en tus pies y decir, “yo soy un hijo del rey, y nada es imposible para Dios”
Tú necesitas salir de Egipto para llegar a la tierra prometida. A Dios le tomó quizás uno o dos días sacar a los hebreos de Egipto, pero le tomó 40 años sacar a Egipto de ellos. Tú debes renunciar a lo que consideras bueno por lo que Dios dice que es mejor. ¿Por qué cuando Dios nos da algo, lo enrollamos y nos aferramos a el como un perro mordiendo el último hueso en el mundo? Decimos: “Nunca renunciaré a el” cuando Dios dice, “Tengo algo mejor para ti”, pero tú no le crees. Si Dios está tratando de quitarte algo, déjalo. Porque El reemplazará con leche y miel, ese pozo de lodo egipcio.
Texto perteneciente al Pastor John Hagee, traducido por avanzapormas.com Fuente: Culto del Domingo 12 – Volumen 2 publicado originalmente: jhm.org/Devotionals/10-04-luke-962