Las promesas de Dios te llaman a ponerte de acuerdo con el Espíritu Santo para que sean desatadas en tu vida. Cambiarás la confusión de tu pensamiento, por una certeza de fe y acuerdo con todo lo que dice la palabra de Dios.
En Hechos 15:28 dice: “Al Espíritu Santo y a nosotros nos ha parecido bien no imponerles ninguna otra carga, sino sólo esto que necesitan saber” En la iglesia primitiva los creyentes actuaban en acuerdo con el Espíritu Santo, algo que nosotros debemos imitar. Ellos hacían todo sabiendo que eran aprobados por el Señor. ¿Cuántas veces hacemos y decimos cosas que son diferentes a lo que el Espíritu Santo quiere?. Todo lo que creemos, hagamos o digamos en acuerdo a lo que Dios quiere, tiene el poder de hacerse realidad. Por causa del temor, decimos cosas que van en contra de la voluntad de Dios. Si nos acostumbramos a lo negativo, a lo inmoral, a la mentira; estamos destruyendo la voluntad de Dios para nosotros, volviéndonos en contra de lo que su palabra nos enseña. Todo las promesas de Dios nos muestran su voluntad, y de acuerdo a ellas deberíamos pensar, creer, actuar y hablar. Nos alejamos de la luz de Dios, apagando la comunión con el Espíritu Santo, cuando actuamos en desacuerdo con Él. En Efesios 4:30 dice: “No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven”. Actúa, piensa, cree y habla de acuerdo al consejo de Dios en su palabra.
Oremos así:
“Padre te pido que me limpies de todo pensamiento y palabra que me lleva a obrar en contra de tu voluntad. No seguiré al temor, la duda, el enojo, ni la desobediencia. Me pongo de acuerdo contigo, para recibir el bien que tienes para mi, lo pido y declaro en el nombre de Jesús, Amén”