Toma cada día momentos de oración a solas en intimidad con Dios. Jesús enseñó que la clave de la vida de oración es secreta y privada ante el Padre. Tus momentos a solas con Dios van a bendecirte sobremanera, y van a encender el fuego del Espíritu Santo.
Lucas 5:15-16 dice: “Pero su fama seguía extendiéndose, y mucha gente se reunía para escucharlo y para que los sanara de sus enfermedades; pero Jesús se retiraba a lugares apartados para orar”.
Mientras la fama de Jesús se extendía más y más no dejaba de apartarse a lugares desiertos para orar. A pesar de ser el Señor del cielo y de la tierra, creador del universo, no dejaba de apartar tiempo para orar al Padre mientras estuvo en la tierra. A medida que realizaba milagros, prodigios y maravillas se tomaba momentos a solas para la oración. En los evangelios vemos una o otra vez el hábito de Jesús de apartarse a orar a solas. También dedicó un tiempo especial a enseñar la oración privada a sus discípulos, cuando dijo en Mateo 6:6: ·Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado.
Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará”. Jesús condenó el acto de orar para hacerse ver delante de otros, pero dio como un ejemplo de poder y efectividad la oración íntima, donde ponemos todo delante de Dios y pedimos lo que necesitamos. Tomar cada día un momento de oración genuina hace que entremos en un tiempo de tremenda bendición.
Oremos juntos así:
“Padre Celestial, hoy te pido que me des fuerza para orar cada día por el Espíritu Santo. Voy a buscarte y encontrarte en la intimidad de mi oración. Ayúdame a encontrar momentos a solas de intimidad y amistad contigo, en el nombre de Jesús. Amén”
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