Por Esteban Correa
El espíritu emprendedor es tan valioso. Si no ves la salida, búscala insistentemente. Dar pequeños pasos es tan poderoso. Dar el primero, iniciar, tomar la decisión, cambiará tu vida.
Yo he pasado por momentos cuando nada parecía cambiar, no había señales de esperanza, nada de lo que emprendía daba resultado, mucha escasez, pobreza, limitaciones por donde mirara.
La mayoría de las personas tienden a juzgarte, a ver lo mal que haces todo, a levantar el dedo porque las cosas no te salen bien, porque no encuentras el trabajo que ellos piensan que es el correcto, porque no hiciste esto o aquello, porque no eres capaz. Pero debes escuchar lo correcto, creer la verdad de quien eres, y para que naciste, este es el primer paso hacia un camino que te llevará a salir de las ideas limitantes.
Te aconsejo que no prestes atención a las personas de tu entorno que te quieran hacer notar tus errores permanentemente, la mayoría no te conoce, no tienen certeza de quien sos. Aunque hayan pasado mucho tiempo a tu lado, muchos están tan centrados en sus propias ideas, en sus puntos de vista llenos de temor, que no tienen la capacidad de ver el potencial ni en ellos, ni en otros.
Sus miedos te los quieren transferir, sus ideas rígidas de la vida tienden a teñir todo con la misma tintura. Ver todo de acuerdo a ciertas reglas y normas “aceptables de la sociedad”, a las costumbres familiares, a la tradición, es a veces, la trampa.
Hay una forma de ver la vida que puede ser muy limitante, cómoda, supuestamente “segura” y sobre todo muy aburrida. Abunda la gente temerosa y conformista. Lo estable y supuestamente seguro está muy sobrevalorado, demasiado. Estoy seguro que mucha gente vive toda su vida creyendo que todo es muy difícil, que no se puede esto, ni aquello. Y porque creen eso, así es y así será para ellos siempre que lo crean. Pero aprendí que pequeñas gotas de agua, cuando caen perseverantes sobre una dura y concisa roca, le hacen un agujero, pueden traspasarla.
He conocido personalmente gente extranjera que vino a este país sin nada. Sin estudios, sin dinero, sin contactos. Y hoy han llegado a formar una familia feliz, alcanzando amplia y abundantemente muchas cosas que seguramente parecían improbables al principio.
Salieron de toda limitación. Si si, lleva algo de tiempo y mucho esfuerzo, pero todo depende de lo que creamos. Si no creemos, no hacemos. No es falta de deseo, sino de creencias correctas, de creer la verdad.
Si dejas de guiarte por miedos, por imposibilidades, por lo que parece que siempre falta, por lo que crees que no se puede, entonces nunca tendrás la suficiente iniciativa de ir tras la libertad de una vida que sueñas, de ser y hacer aquello que tus temores y dudas te dicen que es imposible.
Yo me la paso soñando y creyendo que de alguna manera se puede hacer todo. No creo en limitaciones, creo que cada uno tiene potencial, dones, talentos, habilidades. Pero hay tanta gente presa, están como en las estanterías de la vida, esperando a ver si alguien los ve y los baja de ahí. Pero son ellos los que tienen que salir de la tribuna de hablar de otros y ponerse a hacer todo lo que puedan llegar a ser. Cuanto talento desperdiciado.
La determinación y el compromiso de ver, que de alguna manera las cosas pueden cambiar, es no perder las esperanzas, no bajar los brazos jamás.
Cuando iniciamos un proyecto, cuando emprendemos algo, los pequeños comienzos parecen insignificantes, inútiles, menospreciables para algunos; pero esos pequeños comienzos son las llaves para iniciarlo todo. Los caminos se van a ir abriendo, puede haber contratiempos y momentos duros, pero aún así, los caminos se van abriendo poco a poco.
Caminar en un desierto puede parecer que siempre es lo mismo, pero si caminas, avanzas, el cambio viene.
La queja es sentarse y estancarse, en cambio la esperanza te moviliza, la fe te activa y cuando desarrollamos un espíritu emprendedor, podemos ver cosas que pocos ven: posibilidades en lugar de dificultades, oportunidades a cada paso. Hay un lugar para ti, si lo buscas.
Si no encuentras trabajo, créalo.
Una inyección de fe te llevará. Yo he visto la mano de Dios cuando me puse en acción. Nuestra parte nadie más la puede hacer. Gracia y favor se desatan cuando caminamos determinados y decididos.
«Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre». Mateo 7:7-8