El Salmo 34:19 dice: «Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas».
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La Biblia dice que el Señor nos librará de todas nuestras angustias. Todos nosotros en muchas maneras estamos pasando por diferentes desafíos, pruebas, tribulaciones, momentos difíciles y diversos tipos de angustias. Esta es la realidad de hoy que parece no tener salida, que parece aplastarnos como un gigante y que aparentemente esos grandes muros difícilmente sean derribados. Para nosotros estas situaciones son muy difíciles o imposibles de superar. Pero contamos con una ayuda incomparable, y es que tenemos de nuestro lado al Dios todopoderoso creador de los cielos y de la tierra, que abrió el imponente mar rojo, que derribo los muros de Jericó, que derrotó por medio de David al gigante Goliat, que tapo la boca de los leones en el foso para proteger a Daniel, que ha hecho y seguirá haciendo innumerable cantidad de maravillas a favor de los justos y que nos dice en Isaías 43:2:
“Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas”.
Si nos ponemos a meditar un momento en que Dios nos promete que nos librará de todas nuestras angustias encontramos que no hay otra explicación, todas incluye las aflicciones que estamos pasando ahora mismo. Querido amigo, ten ánimo Dios te librará.
¡Que glorioso que es el Señor y cuan grandes son sus promesas! Y lo más maravilloso es que Él mismo vive en nuestro corazón.
Y si bien no sabemos con exactitud como nos librará, podemos estar tranquilos que de alguna manera él lo hará, cuando las situaciones nos superan es cuando tenemos que mirarlo a Él y confiar, descansando en que Él hará su parte. Nuestra parte solo consiste en creer que él estará con nosotros siempre. ¿Estas pasando alguna situación que parece no tener salida?, pues bien solo tienes que aplicar la palabra de Dios y creerla. Repite en voz alta: “El Señor me librara de este problema”, porque está escrito y él es fiel.
No declaremos derrota, no declaremos palabras llenas de amargura e incredulidad. ¡Declara la palabra! ¡Créela!, ¿Acaso tu Padre celestial habría de engañarte? “De toda aflicción te librara el Señor”.
Nuestro padre es bueno y no permitirá nada más difícil de lo que podamos soportar. Esta promesa es nuestra y esta confirmada y asegurada por la obra de Cristo en nosotros. Cristo venció y somos nosotros más que vencedores en Él. Simplemente cree lo que Dios dice, es sencillo. Y luego veras la gloria de Dios. Si puedes creer, al que cree todo le es posible.