Un hechicero quiso detener el avance de la predicación del apóstol Pablo en la Isla Pafos, pero el Señor extendió su mano y dejó avergonzado al hechicero. Así sucederá contigo, el Señor pondrá su mano, y nada ni nadie podrá detener tu bendición. ¡Amén!
Versión audio:
En Hechos 13:8-10 dice: “Pero Elimas el hechicero (que es lo que significa su nombre) se les oponía y procuraba apartar de la fe al gobernador. Entonces Saulo, o sea Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas y le dijo: «¡Hijo del diablo y enemigo de toda justicia, lleno de todo tipo de engaño y de fraude! ¿Nunca dejarás de torcer los caminos rectos del Señor?”.
Éste hechicero, intentaba impedir que una bendición llegara a todo el pueblo, ya que la persona a la que el apóstol Pablo quería predicar, era un hombre clave: el gobernador de la isla Pafos. Intentaba persuadir al gobernador de que no recibiera a quienes traían salvación para toda la isla. Muchas veces, tendrás oposición para alcanzar aquello que Dios te llame a realizar, las cosas parecen difíciles, y es porque hay fuerzas de maldad que operan para detenernos. Pero en el versículo 11 Pablo profetiza que el hechicero quedará ciego porque la mano de Dios está sobre él. Dios siempre protegerá a sus hijos para que alcancen la bendición, no es con nuestras fuerzas que ganamos las batallas, es porque la mano del Señor nos acompaña. Sin importar cuánta sea la oposición, la voluntad de Dios prevalecerá.
Hagamos juntos esta oración:
“Padre hoy proclamo que todo lo que quiera detenerme, tendrá que rendirse ante tu poder. Rompo ahora el espíritu que quiera apartar las bendiciones de mi, para traer libertad y bendición, lo creo y declaro en el nombre de Jesús. Amén”.
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