Saber manejar las relaciones sociales, es una de las claves de una vida feliz. Sembrar buenas cosas, escuchar, no hablando solamente de nuestros problemas, abrirá un río de bendiciones y satisfacción en nosotros y en los demás.
El libro de proverbios 11:30 (TLA) dice: “El premio de los buenos es la vida misma, y el premio de los sabios es el aprecio de la gente”. Hay quienes desean lograr nuevas relaciones y amistades, pero parece ser que todo les sale mal. Uno de los factores más importantes a la hora de mantener buenas relaciones parte de nuestra propia actitud. Si las personas que conoces solo escuchan de ti problemas y quejas, difícilmente puedas tener amistades duraderas. Concéntrate en hablar y mostrar lo mejor de ti, se una persona que alienta a los demás a cumplir sus sueños, que rescata lo mejor de cada uno, escucha y anima, no estés tratando de hablar solo de ti mismo, de tus problemas y opiniones, tal vez la gente necesita ser escuchada y para eso estás tú. Si cuando encuentras a alguien, lo primero que haces es contarle tus problemas, no estás bien encaminado para cosechar buenas relaciones. Tampoco te enfoques en señalar defectos, ni tratar de corregir a todos, esto desgasta cualquier relación. Aquellos que sienten soledad, muchas veces no se dan cuenta que son ellos mismos los que la causan. Siembra apoyo y comprensión en todo tiempo y verás los resultados.
Hagamos esta oración: “Señor derrama tu amor comprensivo dentro de mi corazón, lléname de paciencia y sabiduría para sembrar cosas buenas en los demás y no ser egoísta hablando solamente de mis problemas. Declaro que mis relaciones serán cada día mejor en el nombre de Jesús. Amén”.