Sirve a Jesús de corazón, porque Él es tu Amo en los cielos. Cuando decides servirlo con buena gana, no te importará que otros reconozcan tu trabajo, porque tu gozo es ser útil, y del Señor tendrás una justa retribución.
Colosenses 3:23-25 dice: “Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. Recuerden que el Señor los recompensará con una herencia y que el Amo a quien sirven es Cristo; pero si hacen lo que está mal, recibirán el pago por el mal que hayan hecho, porque Dios no tiene favoritos”.
Si has trabajado para el Señor o has colaborado de diferentes formas para bendecir a otras personas, tienes que saber que del Señor recibirás la recompensa, Él ha tomado nota de cada obra sincera que has realizado. Nunca te sentirás ofendido o resentido, cuando todo lo que trabajaste para servir y ayudar fue hecho con amor, como para el Señor.
Pero cuando lo que haces tiene como único fin recibir reconocimiento, puede que te sientas frustrado o dolido cuando no reconozcan tu trabajo. El ojo de Dios lo ve todo. Ésta debe ser nuestra meta: amar a la gente y agradar a Dios. Los reconocimientos y recompensas serán justamente pagados a su debido tiempo. No persigas posiciones, sirve con humildad como para el Señor. Jesús es nuestro Amo justo y bueno, Él exalta al humilde y al de noble intención.
Hagamos juntos esta oración:
“Padre Celestial, dame un corazón sensible a tu propósito. No busco reconocimiento, sino que quiero desatar los dones que tengo para servir y ser de bendición. Voy a trabajar respetando a los hombres, pero de buena gana para ti, en el nombre de Jesús. Amén”.
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