“(…) Te dé el Señor conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo”. Salmo 20:4
Audio:
Deseo es algo que todos tenemos, sin importar si sean buenos o malos, todas las personas nos movemos por deseos. Dios nos creo con la capacidad de desear y cumplir nuestros buenos deseos.
Deseo es un ferviente anhelo, una necesidad, un pedido, un clamor; el deseo son ganas, es algo que quiero hacer, tener o lograr. La biblia habla del “deseo de tu corazón” porque el corazón es lo profundo del alma, el corazón es el centro de operaciones de la voluntad, donde entretejemos todas nuestras decisiones.
Nacimos para cumplir esos deseos profundos que son nuestros sueños, si no los cumplimos, viviremos algo amargados e insatisfechos.
Los deseos cumplidos son lo que Dios quiere que experimentemos para glorificarlo y para que se vea su gloria en nosotros. Gloria de Dios es que sus hijos sean ejemplares, con una vida de victoria y de éxito.
Son muchos los que están haciendo lo que no les gusta, reprimiendo sus verdaderos sueños, su profunda vocación, y que no están en el lugar que en verdad desean, pero hoy Dios te desafía a que puedas salir de hacer cosas que no son tu lugar, tu llamado, en donde no brillan tus dones. No le puedes pedir a un pez que vuele, o a un ave que nade en lo profundo del mar, así es cuando tratamos de meternos en cosas que no son nuestro destino.
Serás cien veces más feliz cuando trabajas en lo que te gusta, cien veces más productivo y eficaz, cien veces mejor testimonio para otros porque la gloria y la función asignada por Dios para la cual naciste se reflejarán sobre tu vida. Parece demasiado bueno ese versículo que dice: “La voluntad de Dios es agradable y perfecta” (Rom. 12:1). Pero hacerla es posible.
Esta comprobado que las personas que hacen aquello que les gusta o apasionan tienen resultados enormemente mayores que aquellos que hacen algo por imposición, por obligación o solo por ganar dinero. Se realizo un estudio en una Faculta de Ciencias empresariales donde se clasificó a 1500 alumnos en dos categorías de estudiantes de administración de empresas el primer grupo eran los que estaban estudiando solo para ganar dinero, en total 1245 alumnos, y el segundo grupo eran 255 estudiantes que estudiaban por verdadera vocación. Veinte años después se cito a todos ellos y hubo 101 que fueron millonarios, de los cuales 100 provenían del segundo grupo y solo uno del primero.
Para identificar nuestros más profundos deseos a veces tenemos que sumergirnos dentro del corazón y meditar hasta que poco a poco nos daremos cuenta que cosas haríamos el resto de nuestras vidas sin quejarnos. Sin duda esto será tu mayor deleite y lo que resultara en una bendición para el mundo. Fuimos creados para expresar a Dios y glorificarlo mediante la capacidad de liberar nuestro enorme potencial. “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón”. Salmos 37:4
Pingback: Que el SEÑOR Conceda El Deseo de Tu Corazón | REVISTA SEMANAL