Si crees haber padecido pérdidas, frustraciones, tiempos de fracaso, soledad, angustia o estancamiento, el Señor ha preparado para ti una bendición mayor, que superará con creces cualquier padecimiento de tu pasado.
En Genesis 4:25-26 dice: “Adán conoció de nuevo a su mujer, y ella dio a luz un hijo, al que puso por nombre Set, pues dijo: «Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín.» También a Set le nació un hijo, al que puso por nombre Enós. Desde entonces comenzó a invocarse el nombre del Señor”.
Adán y Eva habían perdido a su hijo Abel, por los fuertes celos y envidia de su hermano Caín, que llevaron a matarlo. Pero Eva recibió una nueva bendición cuando tuvo a Set, que al nacer declaro que Dios le había dado a otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. Esta es una bendición de restauración de lo perdido. Muchas veces, por distintos motivos, hemos padecido la pérdida de oportunidades o cosas que queríamos lograr, tal vez por años hayas tenido que esperar algo que nunca llegó, o estás buscando una respuesta, una meta que quieres para tu familia, un cambio en tu matrimonio. La restauración de tus hijos u otra clase de deseos que han sido frustrados. Pero llega el tiempo donde recibirás una bendición mayor por aquello perdido y padecido. El Señor desata hoy en ti la promesa que restaura las cosas con algo nuevo.
Hagamos esta oración:
“Hoy decido cerrar lo que padecí en el pasado para comenzar una nueva etapa que reemplazará con mayor bendición todo lo que se frustró. Recibo ahora la bendición que me restaura de todo lo perdido, lo creo y declaro en el nombre de Jesús. Amén”