Por Mario Serrano
Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo! (San Juan 16:33) RVA 2015
Día a día recibimos información acerca de los acontecimientos mundiales. Al ver el grado de corrupción, injusticia y maldad que se generan en los diferentes países, preguntamos ¿Qué pasa en el mundo? Se oyen voces de dolor, odio, hambre, enfermedad, violencia. Algunas voces predicen toda clase de cosas malas, transmiten conceptos y estadísticas desalentadoras, niegan el optimismo, matan la esperanza y la fe.
En esta época difícil que vivimos procuremos oír la voz de Dios. Esta nos dice “En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!”.
La voz de Cristo, quien mora en nosotros, es la voz de la fe y la esperanza en un mundo enfermo y afectado por el pecado.
Si estas en problemas, en dificultades, si te sientes confundido por algunos cambios, si los sueños parecen esfumarse, si no tienes paz mental por la preocupación, o un amor roto, la pérdida de un ser querido, te has quedado sin trabajo, te sientes amenazado por circunstancias adversas, si tu espíritu esta afligido, es tiempo de oír la voz de Dios quien con sus palabras trae paz y calma a tu vida. Él te dice ¡ten valor, yo he vencido al mundo!
En otras palabras, si Jesús venció toda dificultad, ahora pone a tu disposición todos sus recursos para que tú también puedas ser victorioso ante toda dificultad. ¿Necesitas sabiduría? Él es tu sabiduría. ¿Necesitas paz?, Él es paz para tu alma intranquila ¿Necesitas alcanzar la victoria sobre algún asunto en particular?, con Cristo eres más que vencedor. Jesús en ti, es la parte fuerte, eterna e inconmovible que permanece en medio de la tormenta. Escucha hoy su voz y recibe su gracia abundante.
Oremos así:
«Gracias Jesús por estar siempre conmigo. Ayúdame en este día a escuchar tu voz, Ella me infunde fe. Tú divino poder me cubre ahora y recibo paz, esperanza y poder para vencer la adversidad. Te alabo Jesús, en tu nombre lo pido. Amén»