Por Mario Serrano
Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. (Éxodo 23.25)
Hay una gran diferencia entre sanidad divina y salud divina. La primera hace referencia a la intervención sobrenatural de Dios con el fin de sanar el cuerpo enfermo, la segunda es la bendición de caminar diariamente saludables y libres de toda enfermedad a causa del poder protector de Dios. Algunas personas reciben sanidad divina pero al tiempo nuevamente se enferman o decaen. Tú puedes pedirle a Dios que te mantenga siempre sano y fuerte, que por tus venas corra el influjo divino otorgándote salud y rejuvenecimiento permanente.
Tener salud Divina es mantenerse sano mediante el poder sobrenatural de Dios, todos los días. El Señor en su palabra promete bendecir el pan que comemos y el agua que bebemos y además agrega que quitara toda enfermedad de nuestro medio. Tenemos motivos más que suficientes y base en las escrituras para vivir y disfrutar la salud divina. Tal vez has recibido hace un tiempo un milagro, el toque sanador de Dios, pero ahora estas nuevamente enfermo, o tal vez una nueva dolencia te afecta hoy. Dios no ha cambiado y te ofrece sanidad y la salud que necesitas para caminar cada día en bendición total. Recíbelas ahora.
Amado Señor: gracias te doy por todas la veces que he recibido el toque sanador de tu mano sobre mi. Creo sin lugar a dudas que así como me sanas, tienes el poder de mantenerme sano. Imparte ahora por medio de tu Espíritu Santo, salud divina y rejuvenecimiento. Estando sano y fuerte puedo ser útil a los que me rodean y servirte, glorificando tu santo nombre, lo pido en el nombre de Jesús, amen