Por Mario Serrano
«Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto». (Eclesiastés 4:9-12)
Audio:
El poder de la unidad es sorprendente. En relación a la oración el señor Jesús promete que “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”(Mateo 18.19)
Cuando un hombre o mujer tiene fe en Dios y junto a su conyugue deciden juntos buscar a Dios, forman en mejor equipo de oración. Satanás detesta los matrimonios unidos y felices, mucho más le enoja que juntos se unan en común propósito de oración. “El cordón de tres dobleces” que se menciona en el versículo de hoy bien pudiera ser el esposa, la esposa y el Señor Jesús, esta unión no se rompe fácilmente, es una fortaleza espiritual de gran poder. Orar con el conyugue es muy efectivo, es un vínculo perfecto para que las oraciones sean oídas.
Tal vez no tengas la posibilidad de orar con tu conyugue, pero puedes tener cerca de ti personas a quienes puedas compartir tus cargas y juntas formar un equipo inquebrantable de oración. No pelees solo/a la buena batalla de la fe, aprende a trabajar en equipo, en común acuerdo, para que veas y disfrutes tus mayores milagros. Si eres casado/a tu conyugue es tu mejor aliado en la oración, no desestimes este poder del acuerdo involucrado en el versículo que hemos compartido, esto puede ser el acelerante que necesitas para recibir hoy aquellas bendiciones que durante tiempo estuvieron demoradas.
Oremos así:
Padre celestial, ayúdame a ponerme de acuerdo con mi esposa/o, y que juntos apartemos cada día un tiempo para orar juntos, ayúdame a encontrar personas con las que pueda formar equipos de oración. Sé que en la unidad de propósito y en la oración unida hay poder. Me preparo a partir de ahora a recibir las respuestas y los milagros más grandes de mi vida. En el nombre de Jesús amen