Por Mario Serrano
“Su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades” (Lamentaciones 3:22-23)
El huerto de Edén. Un ambiente perfecto y maravillosamente ordenado. Un sitio pacifico, armonioso sin confusión o aturdimiento ¡Que hermoso lugar para abrir los ojos y despertar cada mañana!.
Un espacio único donde también el hombre contaba con la posibilidad de encontrarse con su Creador y tener intima comunión con él.
Dios y su maravillosa creación gozaban allí de un vínculo perfecto.
Posiblemente tu realidad diaria sea diferente. Cuando abres tus ojos cada mañana te ves rodeado de necesidades, problemas y situaciones insostenibles que golpean tu vida y agotan tus reservas emocionales.
Solo preferirías no abrir tus ojos y despertar cada día a esa realidad dura y hostil.
El pecado y la desobediencia, cual pinceladas negras trazadas con furia, arruinaron aquel maravilloso cuadro, pintado por Dios con tanto amor y dedicación para que el hombre disfrutara por siempre de él.
El pecado siempre arruina las cosas. Toma hoy un tiempo para ponerte a cuenta con Dios. Si pides perdón la sangre de Cristo te limpia de todo pecado. A partir de ese perdón, tu comunión con Dios se restaura. La relación íntima que Adán tuvo con Dios en el huerto del Edén es posible también para ti.
Aunque al abrir tus ojos no despiertes a un mundo perfecto, puedes percibir un día nuevo en tu ser interior, colmando tu mente y corazón. A lo largo de este día puedes hablar y caminar junto al
Señor. Hay nuevos senderos y maravillosas posibilidades para explorar junto a él.
Dios puede crear algo nuevo en ti y a través de ti. No importa dónde te encuentres. Eleva tu alma corazón y pensamientos al cielo. Permite hoy que su presencia te acompañe te rodee y te cubra.
Oremos así:
Señor, sé que mi mundo no es perfecto.
Pero hoy abro mis ojos a un nuevo día porque tengo la posibilidad de caminar contigo.
Tener comunión y elevar mi corazón a ti traen paz y gozo a mi corazón.
Al cerrar mis ojos y entregarme por completo a ti tu pastoreas mi alma, me das descanso junto a verdes prados y aguas de reposo.
Gracias porque ningún lugar de este mundo se compara a estar junto a ti, en tu presencia.
Ven Señor, caminemos juntos en este día.
Pido creo declaro y recibo todo esto y mucho más en el nombre de Jesús, amen.
