Por Mario Serrano
El que cree en mí, como dice la escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. (San Juan 7:38)
Cuando Jesús entra en tu corazón, naces a una nueva vida. El espíritu del Señor viene sobre ti y te transforma en su residencia, un templo para el Señor. La vida de Dios fluye en tu interior. Lo sobrenatural, la substancia y el poder de Dios se mueven en ti y a través de ti.
Jesús es el mismo ayer hoy y por los siglos. Lo que hizo ayer lo hace hoy por medio de tu vida. Jesús vive y se manifiesta al mundo a través de tus acciones. Puede que esta apreciación parezca irreal. Es que al mirar hacia dentro solo ves debilidad, fallas y parece imposible que este concepto se aplique a ti, dice 2 Corintios 4:7…”Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”.
Cada día puedes respirar el aire del cielo. Vivir en lo sobrenatural y caminar de poder en poder.
¡Es hora de despertar! Es hora de que camines en el poder sobrenatural y la autoridad que tienes como hijo y representante de Dios aquí en la tierra. Se una influencia poderosa en tu entorno estableciendo la vida y el poder de Dios a tu alrededor.
Que el agua de vida del Espíritu Santo fluya en tu interior y corra con fuerza y poder hacia quienes te rodean. Eres una fuente sobrenatural que imparte vida a otros. El enemigo quiere que veas tu debilidad y te enfoques en tus necesidades. Decide hoy vivir y fluir en el rio poderoso de Dios. Las tinieblas retroceden cuando te levantas ym permites que la luz y lo sobrenatural de Dios se exprese a través de ti.
Oremos así:
Padre gracias por vivir tu vida a través de mi
Quito mis ojos de mis fallas e imposibilidades para creer que soy morada de Dios, un
templo santo para expresar la vida y el poder de Dios a través de cada una de mis
acciones.
Me levanto y camino en la autoridad y poder que me has dado.
Quebranto las obras del enemigo en mi vida y familia.
Que tú reino y poder se establezcan en el mundo.
Que la maldad el pecado, la enfermedad el sufrimiento y el dolor retrocedan mediante la
manifestación de tu presencia a través me mi vida y de todo aquel que es hijo de Dios.
Pido, creo declaro y recibo todo esto y mucho más, en el nombre de Jesús, amen.