La gente a menudo se pregunta: ¿Qué se supone que debo hacer con mi vida? ¿Cuál es el propósito de estar vivo? ¿Tiene Dios un plan para mí? Una manera en la que Dios contesta estas preguntas es a través de nuestros dones y talentos naturales. Él nos guía para entender nuestro propósito a través de las habilidades y talentos que El nos da.
Un talento dado por Dios, o lo que a menudo llamamos «un don», es algo que podemos hacer fácilmente, algo que sale naturalmente. Por ejemplo, muchos grandes artistas saben cómo combinar de manera precisa formas y colores, por lo que disfrutan pintar esculpir, o diseñar edificios.
Muchos compositores escuchan música en sus cabezas, y simplemente escriben estas melodías y/o letras para componer música hermosa. Algunas personas tienen habilidad natural para organizar o administrar, mientras que otras son talentosas como consejeras, ayudando a otros a arreglar sus vidas y relaciones. Sin importar cuáles sean nuestros talentos, obtenemos un gran placer haciendo lo que naturalmente somos buenos para hacer.
Si no está seguro de cuál es su propósito en la vida, solo haga las cosas en las que usted es bueno y luego vea a Dios confirmar sus decisiones al bendecir su esfuerzos. No pase su vida tratando de hacer cosas en las que usted no es talentoso. Cuando las personas trabajan en algo que no son talentosas, son miserables – y así es cada persona que la rodea. Pero cuando las personas están en el lugar apropiado, sobresalen en en sus trabajos y serán una bendición para sus empleadores y compañeros.
Si hacemos las cosas en las que somos buenos para hacer, sentiremos la unción de Dios (presencia y poder) en nuestros esfuerzos. Sabremos que estamos utilizando nuestros talentos y que haciendo esto honramos a Dios y ministramos vida a otros. Dios nos habla a través de esta unción, dándonos paz y gozo al saber que estamos cumpliendo Su plan para nuestras vidas.