“y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados” (1 Pedro 4:8)
El amor es la cualidad distintiva de un hijo de Dios. Sin amor nada somos. El Espíritu Santo imparte y llena nuestros corazones del amor de Dios para que nosotros podamos manifestarlo y compartirlo con nuestros semejantes.
Versión audio (texto abajo)
Una señora estaba feliz, pues después de años de espera y privaciones, estaba llegando al fin de la construcción de su casa. Todo era como ella lo había planeado y soñado. De pronto vio que el piso de la sala estaba ligeramente áspero y desparejo. Se puso furiosa, su esposo no podía calmarla. Al entrar el constructor le dijo “mire, esto esta defectuoso, me arruino todo” el la miro con calma y le dijo, “no se preocupe, las alfombras y revestimientos cubren todas las imperfecciones”. A través de los años este hombre adquirió la experiencia necesaria para comprender que hay formas y métodos para “cubrir” las imperfecciones y asperezas.
Así es el amor, el verdadero amor cubre y pasa por alto los errores e imperfecciones de los demás.
Esto no quiere decir que los niega, ignora o aprueba, simplemente ha aprendido a comprender y cubrir mientras continúa amando. El amor no señala, el amor abraza. No mira solo los errores, se enfoca en las cualidades y virtudes de los demás. Si… el amor cubre y perdona. Así es esta maravillosa gracia. Dios con su amor cubrió nuestros pecados con la sangre de su hijo y nos perdonó, nosotros también debemos cubrir, amar y perdonar.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser… (1 Corintios 13.4-8)
Padre celestial, gracias por cubrir mis pecados y perdonarlos. Lléname de tu amor. Quiero enfocarme en las virtudes y no en los errores de los que me rodean. Espíritu Santo recibo tu llenura, para amar y seguir amando, en el nombre de Jesús, amen.