Devocional Por Brian Houston
Reconocer un árbol que está floreciendo no es difícil. Sus raíces están plantadas en terreno fértil con signos de crecimiento y, su follaje, frutos, flores y semillas son sanas y abundantes.
Como un árbol, una vida que florece es una vida fructífera. Mostrará signos de crecimiento y salud con multitud de nutritivos frutos. Una vida que florece crece como el “cedro del Líbano” (Salmo 92:12), volviéndose fuerte y resistente y, levantándose por encima de las tormentas de la vida para ser un refugio para los demás.
Una vida fructífera es el resultado de sembrar buenas semillas sobre una tierra fértil. Pero, ¿cómo puedes saber si estás sembrando tu vida sobre algo que acabará siendo fructífero y productivo en la eternidad? Pregúntate a ti mismo:
¿Sobre qué estoy sembrando mi vida?
Tus prioridades reflejan tus valores y aquello que realmente aprecias. Jesús dijo: “…sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” Jesús dejó bien claro que él estaba sembrando en Su iglesia y que ¡ni siquiera el Infierno podría venir contra ella!
Haz de la Casa de Dios una prioridad y estarás edificando tu vida sobre un cimiento firme e inquebrantable. Cuando lo hagas, estarás también posicionándote para sembrar tu vida en otras cosas de verdadero valor, como son la familia, la amistad, la integridad y la generosidad.
¿Es la tierra de mi corazón sana?
Para vivir una vida que florece, también debes continuar confrontando actitudes y maneras de pensar que te alejan de los propósitos de Dios. Por ejemplo, el egoísmo, la falta de perdón, la incredulidad y el miedo absorberán la vida de Dios que hay en ti. Dios está preparado para ayudarte a confrontar esos retos internos. Sométete a Él y a Su Palabra y resiste la obra del enemigo en tu vida y, tu vida empezará a florecer.
ORACIÓN: Padre, quiero que mi vida florezca para así poder ser una fuente de esperanza y ayuda para otros. Enséñame a ponerte primero en todo y a confiar con seguridad en Ti para todo lo que necesite. Te pido esto en el Nombre de Jesús, Amén.El Perfil de una Vida que Florece