Hoy el Señor desactiva todo engaño que te haya desviado de su voluntad, se termina toda sutil estrategia que el enemigo haya sembrado para destruirte. Eres ahora libre por la verdad de Jesús. Amén
Génesis 3:1 dice: “La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?”
Satanás, para engañar a Eva, no intentó forzarla, ni la intimidó, ni la presionó para desobedecer, simplemente sembró una fuerte duda en ella. Ésta es la forma más elemental de engaño a la que nos enfrentamos a diario, los pensamientos que muchas veces son infundados en nuestra mente por el mal, o por alguna persona que nos contagie su falta de fe, son los más sutiles engaños que llevan al error. Un cuestionamiento a Dios, una duda sobre sus promesas, tal vez el pensamiento más arraigado, en quienes son engaños, sea pensar que tal vez, las cosas no son “tan así” como dice la biblia, tal vez Dios no quiso decir exactamente lo que dijo, o tal vez nos sentimos demasiado ingenuos al creer y obedecer. De Dios proceden todas las fuerzas que nos levantan, la sabiduría y las bendiciones, así que solo a Él debemos escuchar y obedecer. No te dejes engañar, ni intentes suavizar los llamados de la conciencia. Buscar a Dios será la mejor inversión de tu vida, siempre.
Oremos así:
“Dios Padre me arrepiento de haber cedido a los engaños del enemigo, a dejar la duda entrar mi mente o haber desobedecido tu palabra. Hoy vuelvo a ti con todo mi corazón. Te seguiré por el resto de mi vida, lo proclamo en el nombre de Jesús. Amén”